Giardino di Ninfa, el jardín más melancólico del mundo
La quinta esencia paisajística sobre las ruinas de una antigua ciudadela
Existe un lugar donde las emociones emergen como resortes nada más cruzar el umbral de entrada. Un lugar en el que lo efímero se funde magistralmente con lo perpetuo. Donde el encanto de las obras modernas baila al son de los tiempos pretéritos. Un rincón sublime de la Italia romana, donde la alargada sombra de la ciudad eterna no resta un ápice de luz a esta auténtica joya de la región de Lacio.
Es el Giardino di Ninfa, un extraordinario vergel de plantas exóticas, ruinas seculares y aguas reposadas, cuya conjunción eleva el alma y hace florecer los más puros sentimientos.
100 años de belleza y mucha historia
Tal y como reza su página web, el Giardino di Ninfa se encuentra sumido en la celebración de su centuria desde que Gelasio Caetani iniciase las labores de ajardinamiento en torno a las ruinas de una antigua villa medieval.
Situado junto a la ciudad costera de Latina y a la espalda de todo un conjunto de elevados montes, este jardín paisajístico de estilo inglés cuenta con una superficie de ocho hectáreas, comprendidas en un área de parque que supera las cien hectáreas de extensión.
Su elegante composición visual se encaja en el contexto de la antigua población medieval de Ninfa, derivada de un aún más antiguo templete dedicado a las ninfas que se erigía en el lago en la época romana.
La familia de los Caetani fue la que comenzó a dar esplendor a esta área a partir del siglo XIV, creando las primeras trazadas de un jardín primigenio en torno al lago, que sirvió como un criadero de truchas.
Tras estos inicios, largos siglos de decadencia lo sumieron en el olvido hasta que, en el siglo XIX volvió a renacer tras una exhaustiva labor de restauración de las ruinas medievales y la plantación de un buen número de especies en torno a ellas, dando lugar a la apariencia de jardín romántico que sería el germen del maravilloso lugar que podemos encontrar en la actualidad.
Un jardín internacionalmente reconocido
Gracias a la labor de los últimos herederos de la familia Caetani durante el siglo XX, el jardín fue poco a poco transformándose en uno de los mejores ejemplos mundiales de jardín romántico.
Leia Caetani, la última de esta estirpe, dejó tras su muerte en 1977 el legado del jardín en manos de una fundación que lo gestiona a partir de entonces, llamada Roffredo Caetani di Sermoneta. Desde entonces, el jardín forma parte de un área protegida mucho más extensa de 1800 hectáreas, especialmente dedicada a la protección de la fauna, sobre todo las aves, de las que podemos encontrar en la zona más de 150 especies.
Declarada esta zona Monumento Natural posteriormente, en 2000, los éxitos y reconocimientos no han dejado de llegar para este bello jardín italiano enclavado en un espacio tan singular.
Considerado mundialmente como uno de los jardines más románticos del planeta, y llegando a ser nombrado por The New York Times como uno de los diez más bellos del mundo, este conjunto paisajístico de ruinas medievales y más de 1300 especies botánicas levanta pasiones.
Precisamente esa perfecta conciliación entre las antiguas ruinas – en el siglo XIX comenzó a llamarse «la Pompeya medieval» - y el delicado jardín que las inunda de manera poética bajo la omnipresencia del agua, lo ensalzan como una oda al romanticismo, donde las tonalidades de la exuberante vegetación se conjugan con un intencionado aire decrépito que nos invade de melancolía por los tiempos pasados.
Una obra maestra que podríamos considerar, sin temor a equivocarnos, el jardín más melancólico del mundo, en el que su belleza, al igual que el de las ninfas, nos resulta indescriptible.
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