Gangi, el pueblo italiano que parece haberse detenido en el tiempo

Viajar por Italia es una oportunidad para descubrir las grandes maravillas históricas de nuestro mundo. Roma, Milán, Venecia, Sicilia, todas ellas reciben cada año a miles de viajeros que buscan recorrer sus calles disfrutando de uno de los países más bonitos del planeta. Sus infinitos encantos han convertido a Italia en una visita obligatoria donde encontrar arte, arquitectura, cultura y una gastronomía espectaculares. 

Pero más allá de sus ciudades y monumentos, existen preciosos pueblos repartidos por todo el país que son una auténtica maravilla y que muy pocos conocen. Más allá de Positano, Portofino o la espectacular Alberobello, Italia esconde un sinfín de pueblos que permanecen ocultos entre su paisaje y que hay que visitar al menos una vez en la vida. 

Un pueblo italiano con mucha historia

Uno de esos increíbles pueblos, que parecen sacados de una película y donde el tiempo se detiene, es Gangi. Ubicado entre las ciudades de Catania y Palermo, en Sicilia, este municipio vivió grandes momentos de esplendor desde sus inicios. Sus orígenes han generado cierta confusión ya que hay quienes aseguran que data de la época medieval, pero también quien dice que podría tener raíces griegas. 

Lo que sí es completamente cierto es que allí se encontraron vestigios romanos que encaminan un poco el curso de su historia. Gangi tiene sus raíces aproximadamente en el siglo XIV cuando se reconstruyó tras la guerra. Posteriormente, en el siglo XVIII, el pueblo se convirtió en un enclave cultural que a día de hoy aún se reconoce por sus obras de arte. 

El imponente municipio construido sobre la montaña cuenta con espectaculares callejones de ambientación árabe decorados con casas de piedra con tejados rojos. Toda esta mezcla de estilos y arquitecturas indica que varias civilizaciones pasaron por Gangi y dejaron huella de su presencia creando un pueblo con mucho encanto y que a día de hoy conserva todos y cada uno de esos elementos históricos. 

Tras la llegada de las nuevas carreteras y autopistas que se crearon en Italia, Gangi quedó un poco apartado del mapa ya que la gente no tenía la obligación de pasar por allí y terminó por caer en el olvido y salir de la ruta turística principal. En muy pocas ocasiones encontrarás este pueblo en el listado de visitas guiadas de Italia, pero si eres un amante del arte, la historia y los pueblos preciosos, Gangi es tu sitio. 

Desde lejos puede parecer que Gangi está protegido y vigilado por la mirada del Etna que se sitúa al fondo, pero lo cierto es, que aunque parezca que está muy cerca, el volcán está a más de 100 kilómetros en línea recta, pero la panorámica visual crea esta sensación tan espectacular. El pueblo está construído sobre el monte Marone, hecho que permite crear esta postal única en la que Gangi y el Etna parecen uno. 

Cultura y tradición en Gangi

Al pasear por sus estrechas y empedradas callejuelas podrás toparte con algunas de las muchas maravillas de Gangi. Por una de esas calles llegarás a uno de los principales atractivos turísticos del municipio, la catedral de San Nicolás. Esta iglesia destaca por su espectacular belleza que sobresale por encima de los tejados de las casas que caen por la falda del monte. 

Pero si hay un elemento que destaca en esta catedral, es un espectacular cuadro del Juicio Final muy similar al que el pintor Miguel Ángel creó para la famosa Capilla Sixtina. Es otra prueba más del arte infinito de este precioso pueblo italiano. Sus escasos 7.000 habitantes viven en preciosas casas de piedra y antiguos palacios señoriales con encanto. 

Otro de los imprescindibles de este pueblo en el que el tiempo parece haberse detenido es la Piazza San Paolo, un enclave en el que descansar tomando algo en uno de sus bares. Tampoco hay que perderse el Palazzo Bongiorno o la Piazza del Popolo donde disfrutar de la visita a la Fontana del Leone o a la iglesia parroquial. 

No puedes perderte la increíble belleza de este pueblo nombrado como el más bonito de Italia en el año 2014 por sus espectaculares vistas y enclaves mágicos. Degustar su gastronomía también es imprescindible para deleitar al paladar con la mejor cocina italiana. Además, pese a ser un pueblo pequeño, cuenta con una gran amplia oferta cultural que incluye museos, restaurantes y fiestas tradicionales.