La fascinante isla secreta de Finlandia que pasó de bastión militar a museo al aire libre
Este tesoro de naturaleza, arte e historia bélica es una de las 330 islas que conforman el archipiélago de Helsinki.

Apenas 15 minutos en ferri separan los grandes tesoros arquitectónicos y los rincones cargados de diseño de Helsinki de una isla que guarda un pasado intrigante desvelado por su nombre. Durante siglos, el pequeño paraíso natural de Vallisaari permaneció completamente cerrado al público, siendo utilizado únicamente por las fuerzas militares finlandesas. Solo los soldados podían caminar por sus senderos recubiertos con musgo, adentrarse en sus túneles o contemplar sus preciosas panorámicas con el mar Báltico como telón de fondo, especialmente desde Alexander Battery, uno de los puntos más altos del archipiélago. Pero desde 2016, esta isla dejó de ser secreta para transformarse en uno de los destinos veraniegos más fascinantes del archipiélago de Helsinki. Entonces, incluso los propios finlandeses pudieron descubrir un pedazo de su historia y disfrutar de un espacio único.

Desde el muelle de la Plaza del Mercado, en Helsinki, un barco con aires nostálgicos nos traslada hasta Vallisaari dejando a su paso el perfil de otras de las más de 300 islas que abrazan la capital de Finlandia. Estos barcos operan con regularidad de mayo a septiembre, cuando las temperaturas son idóneas para disfrutar de la naturaleza finlandesa.
Una vez en tierra resulta fácil descifrar su nombre, que viene a traducirse como “isla del bastión”. Las primeras fortificaciones se construyeron aquí en el siglo XVII, cuando Finlandia era parte de Suecia. Durante el gobierno ruso, entre 1809 y 1917, las edificaciones militares fueron aún más evidentes. No muy lejos, estas se completaban con Suomenlinna, una famosa isla-fortaleza marítima declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El edificio que nos da la bienvenida a Vallisaari era utilizado como vivienda para alojar a los pilotos que guiaban a los barcos en sus maniobras por el estrecho de Helsinki. A nuestro alrededor no hay coches ni comercios. El silencio lo ocupa todo y la señal del móvil a veces se pierde entre los árboles.
Recorriendo la isla de Vallisaari
Existen varios itinerarios para recorrer Vallisaari y perderse bajo sus techos de verdes. Alexander Trail bordea la isla en 3 kilómetros sin perder de vista el mar y pasando por obras de arte y curiosas construcciones históricas. Otro sendero más costo es Kuninkaansaari Trail, que transita la zona central ofreciendo zonas de descanso y acogedoras cafeterías temporales, entre las que se encuentra la legendaria heladería Paja.

Sea cual sea el camino que escojamos, entre la vegetación nos encontramos algunos de los polvorines que fueron utilizados por el ejército ruso en el siglo XIX y, más tarde, por las Fuerzas de Defensa finlandesas, las cuales emplearon la isla, entre 1918 y 2013, para ejercicios militares y almacenamiento de armamento. Cubiertos por hierbas y plantas, actualmente parecen edificios de cuento que invitan a imaginar historias de criaturas de la mitología finesa. Entre la vegetación también se encuentran ocultos cañones oxidados y señales que recuerdan el antiguo uso táctico del territorio. No obstante, tras contemplar un enorme mapa advertimos que aún hay una gran parte de la isla que permanece cerrada al público. “Están chequeando que no escondan explosivos militares” cuenta nuestra guía.

Resulta curioso imaginar cómo, tras ser deshabitada, la vida silvestre volvió a apoderarse de ese terreno que un día le perteneció por completo. Tanto es así, que Vallisaari es considerada una de las zonas con mayor biodiversidad del sur del país. Mil especies de mariposas, tejones, plantas raras, aves migratorias y hasta murciélagos, especializados en diferentes formas de caza, han hecho de la isla su refugio.
En la zona este encontramos una cala de arena donde es posible nadar. También existen estanques en el centro rodeados de helechos, aunque, en ellos, el baño está prohibido.
Desde 2021, el arte también convive con la naturaleza, o al menos así sucede cada dos años, cuando se celebra la Bienal de Helsinki, cuyo epicentro es Vallisaari. Este evento internacional de arte contemporáneo la convierte en una gigantesca galería artística al aire libre, con obras que sorprenden en sus rincones más insospechados haciéndonos partícipes de esa maravillosa simbiosis entre arte y naturaleza.
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