Faros de España: los guardas de la noche
Construidos para orientar a los navegantes cuando la oscuridad se cierne sobre el mar, hoy son símbolos de nuestro litoral. Por su situación, vistas y apariencia de monumentos, estos faros merecen una visita. A sus pies se narran miles de historias.
CON HISTORIA
Torre de Hércules (A Coruña)
Construido en el siglo I, es el faro romano más antiguo del mundo y el único que se mantiene en uso. La leyenda dice que el rey Hispán hizo colocar en lo alto un espejo para controlar todo el mar.
Faro de Portopí (Palma de Mallorca)
Tercer faro en funcionamiento más antiguo del mundo, que aparece citado ya en documentos del año 1300. En el siglo XVII fue trasladado al puerto.
Faro de Fisterra (A Coruña)
Del siglo XIX, es el más icónico de Europa, al estar ubicado en el mismo lugar que durante miles de años se conoció como el fin del mundo conocido.
CON VISTAS
Faro del Cap de Creus (Cadaqués, Girona)
Dentro del Parque Natural, sobre la punta de la Esquena. Es el más oriental de la Península. Desde él se obtiene una fantástica panorámica de la Costa Brava.
Faro de Formentor (en Mallorca)
En el extremo norte de la sierra de Tramuntana. Hasta él se llega por una estrecha carretera, de acceso restringido en verano, que serpentea entre los acantilados.
Faro del Caballo (Santoña, Cantabria)
A los pies del Monte Buciero. Para acceder a él hace falta descender, y luego ascender, setecientos escalones.
CON ALTURA
Faro de Chipiona (Cádiz)
Con sus 62 metros, es el más alto de España, tercero de Europa y quinto del mundo. Fue construido en 1867 para señalar a los navegantes la entrada al estuario del río Guadalquivir.
Faro de Morro Jable (Pájara, Fuerteventura)
Con 59 metros de altura, domina la punta del Matorral, donde la playa de Jandía hace una inflexión hacia el Atlántico.
Faro de Maspalomas (Gran Canaria)
En el sur de la isla, fue construido en el año 1867 para servir de guía a los barcos que cubrían las rutas entre Europa y América. Mide 56 metros de altura.
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