Lejos de los circuitos turísticos habituales, Alemania esconde su joya más antigua y, quizás, más preciada. Bañada por el río Moselle, Augusta Treverorum, fundada por el emperador César Augusto, se enorgullece hoy de ser la ciudad más antigua de Alemania. Su origen se remonta al año 16 antes de de Cristo. Los siglos de dominio romano han dejado un extraordinario rosario de elementos arquitectónicos y una incontable serie de ruinas que continúan siendo excavadas en varios puntos de la ciudad. Junto a estos restos de su pasado imperial, conviven plazas medievales, iglesias góticas, palacios rococó, símbolos de épocas revolucionarias y edificios vanguardistas.
El encanto antiguo de la ciudad de Trier
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La romana Puerta Negra es una de las joyas artísticas e históricas de la ciudad.
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No hay que olvidarse, siempre, de mirar también hacia arriba para contemplar los tejados de la ciudad vieja.
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En cada callejón, el viajero puede encontrarse con una pequeña sorpresa.
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La catedral de San Pedro es la más antigua de Alemania.
El encanto antiguo de la ciudad de Trier
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Un busto de Karl Marx vigila' el jardín de su casa natal.
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El pórtico de estilo gótico de la Iglesia de Nuestra Señora.
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Columnas, arcos y vidrieras se alzan hacia el cielo de Trier.
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El claustro de la catedral sirve de última morada a los obispos de la ciudad.