El edén de los esquiadores está en los Alpes franceses

Esquiar sin prisas ni complicaciones, relajarse en una de sus amplísimas zonas de descanso o disfrutar de un show nocturno son solo algunas de las tantas cosas que se pueden hacer en este resort ubicado en uno de los lugares más privilegiados de los Alpes.

Panorámica de Tignes, en Francia

Panorámica de Tignes, en Francia

/ ventdusud | Istock

Un impresionante paisaje montañoso y una de las vistas más privilegiadas de los Alpes. Así es, en un primer vistazo, Tignes. Una coqueta población que se sitúa a medio camino entre Turín, Lyon y Ginebra que aguarda todo lo necesario para las soñadas vacaciones invernales. 

Allí, y bajo las pistas que encumbran al glaciar de la Grande Motte es donde nos encontramos con el paraíso de los esquiadores, situado a 2.100 metros de altitud y con acceso directo a las pistas esquiables de Tignes y Val d’Isere, el ClubMed Tignes. 

Tignes

Panorámica del ClubMed Tignes

/ ClubMed

Un resort todo incluido pensado para esquiadores que tiene el placer de tener pases directo a las pistas de esquí más cotizadas de la zona, con más de 300 kilómetros esquiables para hacer las delicias de los deportistas. De hecho, esta es una de las grandes virtudes de este resort: poder esquiar poniendo tan solo un pie fuera de sus instalaciones.

Esquiadores en Tignes

Esquiadores en Tignes

/ ClubMed

Pero no solo es un paraíso para esquiadores. También para senderistas, para amantes de los paisajes naturales y para los que quieren hacer una visita a un glaciar, que se ubica a unos 1.000 metros de altitud por encima de Tignes y al que se puede acceder, simplemente, con un Fortfait. 

Descubriendo el Glaciar de la Grande Motte

El punto más alto de la zona de esquí de Tignes – Val d’Isere, y uno de los más sobrecogedores, es el que se encuentra en lo alto de la montaña, el glaciar de la Grande Motte con sus 3.656 metros de altitud. Este se conforma como uno de los grandes emblemas de la estación, con su característica ola blanca contra un fondo de cielo azul. 

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Esquiador en los alto de las pistas de esquí de Tignes, encumbradas por el glaciar de la Grande Motte

/ ClubMed

Este lugar es uno de los preferidos de los esquiadores de la zona, pero también el espacio perfecto para los que quieren disfrutar de una panorámica de infarto. Para llegar hasta lo más alto de este glaciar es necesario coger el funicular Perce-Neice que, en tan solo 7 minutos, nos dejará a una altitud de 3032 metros. Después, y gracias a un teleférico, se llega hasta el pico más alto, a 3456 metros. Un emplazamiento que demuestra la grandeza y portentosidad de los Alpes.

El merecido relax

Presenciar el glaciar de la Grande Motte funciona como un anestesiante que nos hace olvidar por completo nuestra rutinaria vida, enfocándonos la mirada en unos paisajes que se quedan grabados en la memoria para siempre. Aunque también ayudan las instalaciones del ClubMed Tignes, pensadas para que el viajero se dedique únicamente al disfrute. 

Hall del ClubMed Tignes

Hall del ClubMed Tignes

/ ClubMed

No solo por estar emplazado en una estación en la que prácticamente siempre está asegurado el esquí, también por tener unas instalaciones pioneras en el sector hotelero. Una de las grandes particularidades de este resort de la cadena ClubMed, de hecho, es el de la facilidad para alquilar el material y disponer de él. Solo tendrás que dar tu talla de zapato, tus medidas y tus preferencias al llegar al hotel para que cuando lo necesites, y a tan solo unos metros de las pistas de esquí, tengas cada día preparado todo el material necesario para esquiar.

Spa del ClubMed Tignes

Spa del ClubMed Tignes

/ ClubMed

Aunque también merecen una mención su amplia gama de servicios y de instalaciones para no olvidar nunca una estancia entre sus cuatro paredes. Tras una jornada de esquí en las pistas lo que se busca es, indiscutiblemente, el relax. Aquí se materializa en amplias zonas en las que tomar un ‘brunch’, una copa o un café. Una amplísima zona de spa con sauna turca, sauna finlandesa y dos amplias piscinas de una belleza insólita. Pero también sus numerosas actividades: desde clases de yoga a talleres de bordado.  

La noche es para vivirla... y para descansarla

Al caer la noche no falta la diversión. Y es que cada día la programación de entretenimiento sorprende más que la anterior con shows musicales dignos de Broadway, cuartetos de cuerda a la luz de las velas para encontrar la relajación o Djs con música en directo perfectos para bailar hasta que se haga de día.

Habitación del ClubMed Tignes

Habitación del ClubMed Tignes

/ ClubMed

Este resort, que se ofrece con paquetes de todo incluido para no tener que preocuparse de nada más, destaca también por sus amplísimas habitaciones con vistas. El privilegio de estas habitaciones se consagra al sentarse en una de sus terrazas, en las que el silencio bañado de paisajes blancos se consagra como una de sus grandes virtudes. El espacio culmina con una cama de tamaño ‘king size’ y un gran baño presidido por una bañera. 

El punto fuerte: la comida

Es, sin duda, uno de los mejores buffets que hayamos podido probar en nuestra vida, con una variedad amplísima que podría hacerle la competencia a algunos de los mejores del planeta. La comida y la cena, siempre distintas, ofrecen a los comensales todo tipo de opciones: pescados a la plancha hechos al momento, jugosas carnes a la parrilla, varias opciones de pasta, más de 15 quesos, marisco, diversos panes aliñados, arroces... En definitiva, una amplísima zona de comidas que es un auténtico escándalo para el paladar y perfecto para culminar un agotador día de esquí.

Ostras en el buffet del ClubMed Tignes

Ostras en el buffet del ClubMed Tignes

/ Álvaro Martínez Fernández

Mención especial a sus desayunos, que pueden presumir de ir más allá del beicon y del huevo revuelto con tantas opciones como tipos de viajeros existen. Por la noche encontrarás sorpresas inesperadas, como shows en directo, músicos y todo tipo de entretenimiento. 

Qué ver en los alrededores de Tignes

Para los amantes de la naturaleza, y a menos de una hora en coche de Tignes, hay diversos lugares que se consagran como una obligada visita. El más cercano de todos ellos es el Lago de Tignes, con unas bellísimas vistas de las montañas circundantes y que, en invierno, se congela convirtiéndose en una pista de patinaje sobre hielo. 

Vista de pájaro del Lago Tignes

Vista de pájaro del Lago Tignes

/ ClubMed

A una hora en coche exacta nos encontramos con dos lugares que merecen una visita: el Parque Nacional de la Vanoise, un área natural protegida con impresionantes paisajes alpinos que es perfecta para hacer senderismo con raquetas. También el pueblo medieval de Moutiers, con unas coquetas calles empedradas y una llamativa catedral gótica. 

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