Ecoturismo en Sierra Morena: los territorios del lince

A punto estaba de desaparecer cuando el siglo XX agonizaba, confinado en dos poblaciones aisladas de apenas 98 individuos. Desde entonces la población de lince ibérico no ha dejado de crecer hasta convertirse en la estrella más salvaje del ecoturismo ibérico. La sierra de Andújar (Jaén), en plena Sierra Morena, ha sido el baluarte para su conservación y por eso ahora es el mejor lugar del mundo donde practicar ecoturismo para observarlo en libertad.

Sierra Morena, territorio Lince

Lince ibérico salvaje en el Parque Natural Sierra de Andújar.

/ JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Tú has visto un lince ibérico, ¿verdad? Es la respuesta evidente que se lee en el rostro de quien ha estado cerca de un lince. Deja una huella visible a base de observar su elegante modo de desplazarse, esas características barbas que cuelgan de ambos lados de su bonito rostro, sus orejas enhiestas y rematadas por un penacho y las robustas patas que culminan la alzada de un felino de tamaño medio. Un auténtico gato silvestre del que incluso distinguen hasta el patrón de sus manchas, un exclusivo documento de identidad.

Sierra Morena, territorio Lince

Dehesa en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

/ JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Así de bien conocen al lince ibérico—el monte mediterráneo de la península ibérica es su hábitat exclusivo— los expertos en conservación del felino más amenazado del mundo. Hasta ahora, ese grupo de profesionales del medioambiente, personal de la Fundación CBD-Hábitat y de la Junta de Andalucía primordialmente, eran los únicos capaces de sentir esa impresión que regresa a la memoria al observar un lince ibérico y que incluso a algunos les ha impulsado a tatuar su silueta en su piel. No es de extrañar, llevan más de dos décadas trabajando por su recuperación.

Sierra Morena, territorio Lince

Encinar en el Parque Natural Sierra de Andújar.

/ JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Conseguir que se reprodujera en cautividad, mejorar las poblaciones de conejo —supone el 90% de su dieta— y reintroducirlo al abrigo de esos mares de encinas que protagonizan el monte mediterráneo de Sierra Morena, para lo que resultaba imprescindible conseguir la valiosa colaboración de propietarios del territorio —tanto entidades públicas como fincas privadas—, han sido las claves para que actualmente haya 1.111 linces ibéricos en libertad entre España y Portugal, según el último censo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

En busca del lince

Tan exitosas han sido las acciones de conservación desarrolladas durante 22 años, en las que no ha faltado la eliminación de venenos, atropellos y reducción de obstáculos viales a la movilidad —imprescindible para su dispersión— como la lucha contra el furtivismo, la concienciación local y la vigilancia activa de las poblaciones, que el mayor bosque mediterráneo de la Sierra Morena, el que cubre el parque natural de Andújar al noroeste de la provincia de Jaén, se ha convertido en un destino extraordinario para hacer ecoturismo.

Una experiencia emocionante pues se pisa el territorio con la mayor concentración de linces ibéricos del mundo. Atentos para avistar al rey del monte mediterráneo en las diversas sendas públicas, miradores con panoramas de vértigo sobre el bosque adehesado de encinas, quejigos y alcornoques que llega hasta el horizonte y las áreas recreativas y orillas del embalse del río Jándula que acogen las 74.774 hectáreas del parque natural.

El alomado paisaje serrano —Sierra Morena es de las más antiguas cordilleras peninsulares— es hipnotizador con sus tonalidades de puro verde mediterráneo. Una manera exclusiva de recorrer el monte en busca del lince ibérico es realizar un safari por la finca El Encinarejo. Así como disfrutar de diferentes posibilidades rurales de dormir en territorio lince en la zona de Las Viñas e incluso escuchar el característico maullido del lince en celo. Se inicia en el momento más frío del año, entre finales de diciembre y enero, haciendo que la vida salvaje, gracias a la recuperación de la naturaleza, hable por sí sola.

SENDEROS

Echarse al camino

Vida salvaje

Las sendas serranas no decepcionan. Desde la senda de la Lancha, El Encinarejo, Los Escoriales, Jabalí, hasta el sendero de El Rumblar, que lleva a orillas del embalse homónimo, el monte mediterráneo y dehesas de encinas y alcornoques están bien conservados y por ello ricos en vida salvaje. Beneficiarse de la naturaleza recorriéndolos es vivenciar el paisaje ante ciervos, gamos, jabalíes e incluso juguetonas nutrias en el río.

Sierra Morena, territorio Lince
Sierra Morena, territorio Lince / JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Conviene no perder atención al denso matorral de lentiscos y jaras y los grandes bolos graníticos, característicos de la sierra de Andújar, donde un lince podría permanecer camuflado aunque próximo. Imposible desafiar su gran capacidad auditiva, pero caminar en silencio y llevar vestimentas de coloración discreta contribuirán al éxito de verlo.

BIODIVERSIDAD

Quién vive ahí

Aves y ganadería

Atención a las aves que se perfilan contra el cielo. El buen estado de conservación de los hábitats del monte mediterráneo está ligado a la protección del lince ibérico. Como depredador en la cúspide de la cadena alimenticia su presencia hace de paraguas haciendo que se protejan otras especies señeras de la naturaleza ibérica como el águila real, el águila imperial ibérica o el buitre negro.

Sierra Morena, territorio Lince
Sierra Morena, territorio Lince / JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Incluso la ganadería extensiva es una actividad tradicional, con 18 vías pecuarias por la sierra, que se ha desvelado necesaria para sus amenazadas poblaciones. La Fundación CBD-Hábitat lleva décadas reforzando las alianzas con los ganaderos. Así ha promovido que el ecoturismo en Sierra de Andújar sea entre una de las mayores concentraciones de biodiversidad en territorio español.

MIRADORES

Palcos al monte mediterráneo

Vistas espectaculares

Los miradores del parque natural son privilegiados oteaderos del panorama serrano y de su más emblemático animal. Sobresale el mirador del Peregrino, en el viejo camino que une Andújar con el santuario de la Virgen de la Cabeza. De gran devoción y afluencia cada año, es una de las romerías más populares en territorio español. Junto al embalse del Jándula asoma el mirador del Rey, al que se asciende desde el poblado de La Lancha, habitado para la construcción de la presa, y desde donde además se observa una buena población de buitre negro.

Sierra Morena, territorio Lince
Sierra Morena, territorio Lince / JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Las áreas recreativas del parque como las de Lugar Nuevo, El Encinarejo y San Ginés, en la ruta de la Lancha al mirador del Peregrino, son otros excelentes escenarios naturales para explorar en busca del lince ibérico.

ALOJAMIENTOS

Dormir cerca del lince ibérico

Museos al aire libre

La colaboración de las fincas en la sierra de Andújar, facilitando las tareas de conservación, es crucial para recuperar al lince. Son museos al aire libre de monte mediterráneo donde comenzó a expandirse la especie. La mayoría son recreativas pero privadas. Resulta un lujo entrar en la finca El Encinarejo , propiedad de una pareja sudafricana —Alex y Jess Hohne—, apasionada del turismo de naturaleza y que ofrecen una oportunidad ecoturística única en España: un safari en todoterreno en busca de linces al estilo africano.

Sierra Morena, territorio Lince
Sierra Morena, territorio Lince / JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

La recompensa tras una excitante jornada de campo son las cuatro habitaciones de su hacienda y, próximamente, cuatro bungalós familiares accesibles y alimentados con energía solar. A la mesa, productos de su huerta o adquiridos en Andújar de kilómetro cero.

TRADICIONES

Santuarios y gastronomía

Atractivo ecoturístico

La carretera A-6177, que desde Andújar conduce al santuario de la Virgen de la Cabeza, atraviesa territorio lince. En el kilómetro 14,2, el complejo turístico Los Pinos (lospinos.es) desvela gastronomía serrana como el paté de perdiz, alojamiento entre linces y placer de comprobar que la recuperación de naturaleza apuntala la economía local. Ya no hay fronteras para el lince.

Sierra Morena, territorio Lince
Sierra Morena, territorio Lince / JUAN CARLOS MUÑOZ ROBREDO

Avanza al occidente por el cordobés parque natural de Cardeña y Montoro hacia Extremadura y Portugal. Sigue en riesgo de extinción pero su conservación continúa. Al norte del citado santuario, el encinar cubre la vertiente castellana de Sierra Morena propiciando que el lince llegue a Montes de Toledo. Nuevos territorios como la Finca El Castañar (elcastanar.com) auguran atractivo ecoturístico y futuro al mejor embajador de la biodiversidad española.

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