El desconocido rincón de estilo Belle Époque que debes conocer: en el Mediterráneo y unido para siempre a Antoine de Saint-Exúpery

La puerta de entrada al Esterel, el macizo del pórfido rojo.

Un paraíso Mediterráneo que te enamorará.
Un paraíso Mediterráneo que te enamorará. / Istock

Entre Cannes y Saint-Tropez, en plena Costa Azul, Agay es un capricho del Mediterráneo asentado junto a una bahía perfecta. Un cuadro de gran belleza en el que el azul del mar contrasta poderosamente con el rojo intenso de las rocas del macizo de Esterel.

El reflejo de la Belle Époque

La Costa Azul es mundialmente conocida por su glamour, su mar cristalino y sus paisajes deslumbrantes. Entre sus múltiples encantos, la belleza natural de toda esta franja litoral del sureste de Francia es incuestionable. Y esta belleza es justo la que predomina en uno de los puntos más atractivos de la Riviera francesa, la población de Agay.

Los paisajes de su alrededor son una auténtica maravilla.

Los paisajes de su alrededor son una auténtica maravilla.

/ Istock / StevanZZ

Enclavada en el corazón del departamento de Var, en el municipio de Saint-Raphaël, se trata de un popular destino que, sin embargo, se encuentra mucho menos masificado que otras poblaciones de la Costa Azul, siendo muy valorado por la serenidad que ofrece al visitante en comparación con los típicos enclaves turísticos de la zona.

Adriana Fernández

La buena reputación de Agay nació hace mucho tiempo al destacar como destino entre las clases pudientes durante la Belle Époque. Su imagen de postal sirvió de imán para no pocos artistas pictóricos y literatos, que se vieron prendados por sus paisajes costeros desde inicios del siglo XX, como es el caso del célebre Antoine de Saint-Exupéry.

El inmortal creador de la obra universal de El Principito, tenía a esta comuna francesa como uno de sus lugares predilectos. No obstante, su hermana estaba casada con Pierre de Giraud d’Agay y él mismo y su esposa llegaron a instalarse en la propiedad familiar. No solo eso, sino que el genial escritor contrajo matrimonio con Consuelo en el castillo de Agay.

Puesta de sol sobre Agay y el macizo de Estérel, en la Riviera francesa.

Puesta de sol sobre Agay y el macizo de Estérel, en la Riviera francesa.

/ Istock / Michael Niessen

Los bellos paisajes de este rincón Mediterráneo inspiraron profundamente a Exupéry y el destino quiso que acabara sus días sobrevolando toda esta área antes de estrellarse en el mar con su avión en uno de los fatídicos episodios de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy en día Agay rinde homenaje a su figura a través de una fuente y una placa conmemorativa.

Playa en Agay, Rivera Francesa.

Playa en Agay, Rivera Francesa.

/ Istock / trabantos

El rojo inconfundible del Esterel

Al transitar por la famosa carretera de La Corniche d’Or, que bordea la Costa Azul, muchos se detienen en Agay admirados por el color de las formaciones rocosas que la circundan. En efecto, estamos ante la puerta de entrada hacia el macizo del Esterel, un relieve montañoso de origen volcánico conocido por el característico color de sus rocas de pórfido rojo. Un rojo que contrasta poderosamente con el verde de la vegetación mediterránea y con el azul de las aguas del mar.

Esta particularidad ha hecho de Agay un lugar ideal como punto de partida para practicar senderismo, ciclismo u otros deportes por los caminos que se adentran en el Esterel, disfrutando de vistas panorámicas que dejan sin aliento desde sus miradores. Las rutas hacia el macizo son, sin lugar a dudas, una de sus principales atracciones, junto con las playas de fina arena de su bahía.

Eclipsada por el brillo de otras poblaciones más populares de la Costa Azul, Agay ofrece la posibilidad de sumergirse en la magia de este litoral de una forma más tranquila y menos bulliciosa.

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