De moda por la Estambul más moderna

Ortaköy es un palpitante laberinto de callejas empedradas, donde la moda serpentea entre sus muchos bares, restaurantes y tiendas de artesanía. Para descubrirlo conviene comenzar por la plaza de la Mezquita de Mecidiye , donde la vida fluye entre risas y regateos. Numerosos vendedores ambulantes de joyas de plata y telas de seda alternan su griterío con aquellos que buscan tentarnos con el sentido del gusto. Caiga en la tentanción y pruebe el kumpir, una patata cocida rellena de especias y verduras, o el gözleme, una especie de crêpe rellena de queso y carne. Para los amantes de las gangas, conviene recordar que los domingos el Mercado de Ortaköy es uno de los más animados de Estambul. A su alrededor se suceden bulliciosas calles repletas de casas de colores, colmadas de aromas prodigiosos que nos guían hasta el sobrecogedor espectáculo de las elegantes terrazas y casas de té bajo el puente del Bósforo . Pasearlo por la noche es un placer gratuito que provoca agradables viajes en el tiempo. El barrio, poco conocido aún por el turismo de masas, es una verdadera joya para los locales más occidentales, que lo cuidan y disfrutan con un orgullo mal disimulado.

El lugar por excelencia para dejarse ver es The House Café (Salhane Sokak, 1. www.thehousecafe.com.tr), un local trendy de cuidado diseño y puntilloso servicio que es perfecto para entender la idea del auténtico lujo asiático.

Si quiere algo más ruidoso y no por ello menos fashion, hay que visitar el restaurante mexicano Picante (www.istanbullife.org/restaurant/picante_restaurant.htm), un colorista y moderno local que ofrece los mejores cócteles y la más explosiva cocina tex-mex en un entorno privilegiado con unas vistas increíbles sobre el Bósforo.

Los amantes del bohemian chic acudirán sin pensárselo al Reina (44, Muallin, Naci Caddesi. www.reina.com.tr), un restaurante lounge donde la aristocracia europea pasa sus fines de semana.

Los amantes de la noche más canalla buscarán refugio en el Black o en Sortie . Hay que recordar que en Estambul sólo se sirven bebidas alcohólicas en los restaurantes, por lo que las coquetas casas de té y los cafés venden exclusivamente lo que anuncian, pero, eso sí, de todas las clases imaginables y de una calidad excelente.

Otro curioso café es el Harley Davidson , un paraíso para los amantes de las míticas motos en el que no falta nunca la marcha. Si su espíritu busca descubrir lo último en las vanguardias artísticas, no deje de buscar entre sus muchas galerías de arte. Son numerosos los jóvenes pintores que se han trasladado al barrio para plasmar con sus pinceles el sentir más cosmopolita de Estambul.

Y si no quiere perderse ni un minuto de vanguardia, opte por dormir en el Ortaköy Princess (Dereboyu Street, 10. www.activehotel.com), un hotel que destaca por su magnífica piscina en la que siempre reina la calma.

Una obra de ingeniería que une Europa con Asia

El puente del Bósforo, una maravilla de la ingeniería construida en los 70, une el barrio de Ortaköy, en la orilla europea, con Beylerbeyi, en la parte asiática de la ciudad. Con una longitud de 1.074 metros, su elegante silueta alumbra como un faro la noche de la ciudad y sirve de marco incomparable para los que gustan de terminar el día rodeados de belleza.