Las cinco calles de Sevilla más perfumadas de azahar

Hay dos olores que singularizan Sevilla: El incienso y el azahar. Acabada la Semana Santa, la flor del naranjo recuerda a los sevillanos y a los visitantes que la primavera ha estallado en sus calles y sus plazas.

Alameda de Hercules, Sevilla
Alameda de Hercules, Sevilla / VitalyEdush

Alameda de Hércules

Es uno de los espacios más abiertos y luminosos de Sevilla, punto de encuentro y cruce de caminos, enaltecida por las dos columnas coronadas por los emperadores Adriano y Trajano, nacidos en la vecina Itálica. La Alameda de Hércules está sombreada por cientos de naranjos que estos días de primavera y buen tiempo perfuman uno de los marcos urbanos más transitados por los sevillanos y los foráneos.

La Magdalena

La Magdalena, Sevilla
La Magdalena, Sevilla / Siempreverde22 / ISTOCK

Es una iglesia, una plaza y una de las más conocidas zonas de Sevilla. Los naranjos perfuman estos lugares de modo permanente durante los luminosos días de primavera. Pero a la llegada de la noche el olor a azahar es más penetrante. La calle San Pablo y Bailén, dos de las vías más importantes de esta barriada, son zonas concurridas de sevillanos y visitantes, espacios urbanos salpicados de restaurantes y tabernas donde la vida se hace en la calle aprovechando la bonanza del tiempo.

Plaza del Museo

Los ficus, las palmeras y las acacias dan sombra a la Plaza del Museo donde abre sus puertas el Museo de Bellas Artes, la segunda pinacoteca más importante de España después del Prado de Madrid. Pero junto a estos grandes árboles se alinean decenas de naranjos que estos días estallan de flores de azahar. La Plaza del Museo forma parte de la denominada Sevilla apolínea, de las calles y plazas más bellas de la capital.

Patio de Banderas

Patio de las Banderas, Sevilla
Patio de las Banderas, Sevilla / CaronB / ISTOCK

Al lado de la Giralda, del Archivo de Indias y junto a los Reales Alcázares se halla la plaza del Patio de Banderas, flanqueada por los naranjos en flor y con albero por suelo. Es una zona de tránsito y permanente bullicio que conduce hasta la Judería y al encantador y romántico Callejón del Agua, los espacios de la Exposición Iberoamericana de 1929, un enclave que pese a su carácter historicista ha ganado con los años encanto y hechizo y donde el azahar es el aroma que más se disfruta.

Plaza de San Lorenzo

En ella toma asiento la iglesia de San Lorenzo y la basílica de Jesús del Gran Poder, conocido como el Señor de Sevilla, que celebra estación de penitencia en la Madrugá del Viernes Santo. En el centro de la plaza se alza la escultura de Juan de Mesa, el escultor cordobés que talló una de las imágenes religiosas más queridas en la capital de Andalucía. Hay plátanos de sombra en ella y los naranjos se hallan en calles aledañas como Eslava o Hernán Cortés. Pero hasta aquí llega el aroma de abril en Sevilla.

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