Casonas con vistas al mar: el planazo para disfrutar Asturias en otoño

Cuando el estrés aprieta, no hay nada como regalarse un paréntesis para pasear entre playas, acantilados y villas marineras. Y después, retirarse a descansar en las Casonas Asturianas, unos alojamientos idílicos donde relajarse, sin perder de vista el Cantábrico. ¿Quién dijo que la costa fuera sólo para el verano?

Vista Panorámica Lastres, Asturias
Vista Panorámica Lastres, Asturias / Mampiris

Hay un lugar donde la naturaleza y los planes de turismo activo se dan la mano con la desconexión y el relax más absolutos. Ese lugar es el litoral de Asturias, el destino perfecto donde planear una escapada de otoño cuando el cuerpo y la mente nos piden un respiro.

El mar Cantábrico baña los cuatrocientos kilómetros de la costa de Asturias, tierra de pescadores salpicada de calas salvajes y escondidas, de abruptos acantilados y de grandes arenales donde pasear lejos del estrés y las aglomeraciones.

Asturias cuenta, además, con 18 pueblos marineros de cultura ancestral y belleza pintoresca, un escenario inmejorable para pasear, recorriendo puertos y calles empedradas, o escoger un sendero y seguir la línea de la costa entre faros, atalayas y miradores.

Y después de la caminata, cuando las piernas pidan un descanso, nada mejor que “volver a casa” y, al mismo tiempo, seguir disfrutando de toda la autenticidad y la belleza de los paisajes asturianos. Esta es precisamente la filosofía de las Casonas Asturianas: hacer que el viajero se sienta en su casa o como si les recibieran, con las puertas abiertas, sus mejores amigos.

Las Casonas son mucho más que un alojamiento, son establecimientos con una arquitectura singular -en muchos casos histórica- con unas instalaciones impecables, una mimada decoración y una gastronomía que hace honor al prestigio de la cocina de esta tierra.

Seleccionamos 5 destinos y 7 alojamientos con vistas al mar que son pura desconexión:

1. Puerto de Vega

Puerto pesquero de Puerto de Vega

Puerto pesquero de Puerto de Vega.

/ Camilo Alonso

En la costa occidental asturiana, se asoma al mar este pueblo, antiguo puerto ballenero y ligado desde siempre a la pesca. Es una de las villas marineras que mejor conservan sus tradiciones, y una de las más románticas, rincón favorito de poetas y pintores. El lugar más emblemático es el puerto, flanqueado por casas de pescadores y casonas solariegas y con una flota de barquitas de madera que salen cada día a faenar al mar.

También en los alrededores de Puerto de la Vega, en el concejo de Navia, encontramos enclaves de espectacular belleza natural y arquitectónica. Un paisaje rural de praderas verdes salpicado de grandes quintas indianas, casas-palacio y casonas típicas asturianas.

¿Dónde dormir?

Casona Pleamar, en Puerto de Vega (Asturias)

Casona Pleamar, en Puerto de Vega (Asturias).

/ D. R.

Esta casa de pescadores de piedra y madera cuenta con nueve acogedoras habitaciones (algunas con jacuzzi doble), decoradas con atención al detalle y con ambiente marinero. Despertar en este coqueto hotel brinda momentos auténticos de lo que significa vivir en un pequeño pueblo de pescadores: levantarse, abrir la ventana, gozar de las vistas al mar y a los verdes prados, desayunar bizcochos caseros o caminar por la bonita senda costera naviega.

Hotel La Sobreisla (Puerto de Vega)

Hotel La Sobreisla, en Puerto de Vega (Asturias).

/ D. R.

El mar, la montaña, el río… todo converge para dar lugar a una de las regiones más bonitas y desconocidas del norte de España. Situado en las puertas del Valle del Navia, el hotel La Sobreisla se encuentra en un enclave privilegiado, sobre los acantilados, con el mar Cantábrico al frente y, a su espalda, las grandes Sierras que el Río Navia ha ido tallando pacientemente.

2. Valdés-L.Luarca

Vista nocturna de L.Luarca

Vista nocturna de L.Luarca.

/ Mampiris

Desde su capital, L.Luarca (conocida como “La Villa Blanca de la Costa Verde”) hasta el último confín de este concejo es una sucesión de tesoros naturales y panorámicas que cortan la respiración: dunas y playas, el Paisaje Protegido de las Hoces del Río Esva, la Reserva Natural de la Playa de Barayo, el mirador de La Regalina en Cadavéu, los acantilados y vistas del Cabo Busto…

¿Dónde dormir?

Hotel Torre de Villademoros

Hotel Torre de Villademoros (Valdés-L.Luarca).

/ D. R.

En las inmediaciones de los acantilados del paisaje protegido de la costa occidental, rodeada de campos de cultivo y praderas que se pierden en el mar se alza la Torre de Villademoros, de origen medieval. Se le suman una Casona del siglo XVIII, la panera y un amplio jardín para completar las instalaciones de este ecléctico hotel, en el que el carácter histórico del edifico se ha combinado a la perfección con la atmósfera contemporánea de su interior.

Hotel 3 Cabos

Hotel 3 Cabos (Valdés).

/ D. R.

Se trata de una casona de más de un siglo de antigüedad, rehabilitada con mimo con una atrevida combinación de arquitectura moderna y tradicional. Debe su nombre a su privilegiada ubicación, desde la que se pueden divisar los cabos Busto, Vidio y Peñas.

3. Muros de Nalón

Mirador Espíritu Santo (San Esteban de Pravia)

Mirador Espíritu Santo (San Esteban de Pravia).

/ Juan de Tury

Para contemplar toda la grandeza de este municipio, nada mejor que animarse a emprender la Ruta de los Miradores, desde la playa de Aguilar hasta el mirador de la Ermita del Espíritu Santo, en San Esteban de Pravia. Este tramo de cinco kilómetros, de mirador en mirador (el de La Atalaya, el de Los Glayos, el mirador de la Playa de Veneiro…) es uno de los más espectaculares de la senda costera que cruza Asturias y permite atravesar bosques de castaños y eucaliptos y seguir la línea del mar haciendo paradas a capricho en diferentes calas.

¿Dónde dormir?

Hotel Playa de Aguilar (Asturias)

Casona Playa de Aguilar (Asturias).

/ D. R.

Este hotel se levanta sobre una antigua casa de arquitectura indiana rodeada solo de bosque y mar. Se encuentra enclavada en un lugar idílico, a un kilómetro de la playa del mismo nombre y en plena Ruta de los Miradores. Su alegre balconada le aporta un aire único que se pone de manifiesto en la luminosidad de sus amplias habitaciones. En su terraza y jardín el viajero podrá disfrutar del incomparable entorno y en su restaurante degustar platos típicos de la zona.

4. Colunga-Llastres

Atardecer en el faro de Luces

Atardecer en el faro de Luces, en Llastres.

/ Paco Currás S.L.

Los pueblos de este municipio bien merecen un tranquilo paseo: en la señorial Villa de Colunga destacan sus antiguas ermitas, casas palaciegas y casonas modernistas. Llastres, por su parte, es un pueblo con una historia estrechamente ligada al mar donde cada rincón guarda un secreto: atalayas, faro, fuentes, escalinatas y casas típicas con sabor marinero. Los alrededores ofrecen infinidad de rutas, dede la que nos lleva a las playas de La Griega, La Espasa o La Isla y el faro de Luces, hasta las que se adentran en el magnífico hayedo de la Biescona, en la ladera norte de la Sierra del Sueve.

¿Dónde dormir?

Hotel Eutimio (Llastres)

Hotel Eutimio (Llastres).

/ D. R.

Se trata de un hotel familiar y de trato cercano y con preciosas vistas al mar Cantábrico y a los Picos de Europa. Ocupa un antiguo edificio de piedra de principios del siglo XX en el pintoresco pueblo de Llastres y dispone de once habitaciones, todas diferentes y de un restaurante con gran prestigio en la zona.

5. Villaviciosa

Estuario de la ría de Villaviciosa (Asturias)

Estuario de la ría de Villaviciosa.

/ LucVi/Shutterstock.

Un buen plan para el otoño, en plena temporada de recogida de la manzana, es recorrer la Comarca de la Sidra. En Villaviciosa, capital manzanera de España, se pueden ver numerosas pumaradas (plantaciones de manzanos) y llagares de Sidra (bodegas). Además, es una villa elegante y señorial, por la que pasear entre palacetes y casas blasonadas. Y, más allá de la capital, se puede seguir la Ruta de los Molinos, la Ruta del Azabache o la Ruta de Carlos V, todos ellos senderos bien señalizados que combinan naturaleza con un riquísimo patrimonio cultural.

¿Dónde dormir?

Hotel rural La Figar, en Argüero-Villaviciosa (Asturias).

Hotel rural La Figar, en Argüero-Villaviciosa.

/ D. R.

Este edificio de nueva planta, en el corazón de la comarca de la sidra, se ha construido respetando las formas de la arquitectura mariñana tradicional. Madera, piedra y una decoración sencilla con un toque rústico invitan a disfrutar de la casa. Las habitaciones son diferentes entre sí, con vistas al mar o al jardín y su “desayuno de autor” es una experiencia única, perfecta para empezar el día.

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