Entramos en las dos casas de Mozart en Salzburgo: ¿qué hay en ellas?

El 5 de diciembre, pero de hace 231 años, fallecía Mozart. Aprovechamos la efeméride para visitar los dos lugares en los que vivió en la bella Salzburgo y que atesoran desde un pelo del genio hasta sus partituras, sus cartas más personales, su primer violín o la casita en la que compuso 'La flauta mágica' 

Residencia Mozart Salzburgo

Una de las salas de la Residencia Mozart. 

/ Wolfgang Lienbacher

La casa natal de Mozart y la Residencia Mozart están entre las atracciones más visitadas de Austria y albergan la mayor colección mozartiana del mundo. Entramos en ellas.

Casa Natal de Mozart en Salzburgo

La famosa casa de la fachada amarilla. 

/ Wolfgang Lienbacher

Casa natal de Mozart

La casa amarilla del número 9 de Getreidegasse es, sin duda, la más famosa de Salzburgo. El 27 de enero de 1756 un niño al que llamaron Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart nació entre estas paredes y vivió aquí con su familia durante 26 años, pasando en ella su infancia y gran parte de su juventud.

En el momento en que visitamos Salzburgo, en octubre de 2022, un supermercado ocupaba los bajos del edificio, creando un curioso contraste entre este lugar histórico, abierto por primera vez como museo en 1880, y los tiempos consumistas modernos.

Casa natal Mozart Salzburgo

El supermercado que ocupa el bajo de la casa de Mozart. 

/ M. E.

Lugar de peregrinación para fans de Mozart, para cualquier amante de la música clásica y hasta casi para cualquier mortal, el museo de tres plantas, cuyos suelos de madera crepitan con cada una de nuestras pisadas, se puede recorrer en una hora durante la que admirar cartas originales escritas por el músico, recuerdos de su vida en Salzburgo e instrumentos que pertenecieron al genio. En el momento de nuestra visita, su primer violín estaba cedido a la Mozart Residence, edificio que veremos a continuación, y su clavicordio, en el que compuso La flauta mágica, es una réplica hecha en 1937 (el original, de Anton Walter, construido cerca de 1780, también estaba en la Mozart Residence).

Casa natal de Mozart Salzburgo

En las columnas del fondo es donde se encuentran el pelo de Mozart, su anillo, los botones de su chaqueta... 

/ Wolfgang Lienbacher

Quizá el momento más emocionante es cuando se pisa la habitación natal de Mozart, hoy sin rastro de una cama o un lugar que recree ese momento, pero sí con otros detalles importantes de su vida. Situada en el tercer piso, la habitación en la que nacieron los dos hijos Mozart muestra para los más curiosos un pelo de Mozart (la Fundación Mozarteum tiene cuatro, pero solo pudo comprobar con las pruebas de ADN que tres de esos pelos eran de la misma persona), un colgante de oro, un anillo con forma de flor, botones de una de sus chaquetas, una billetera de seda, una caja para guardar tabaco

En una de las salas del museo se recrea una cocina de la época y en otras hay muebles del siglo XVIII, que sirven para hacernos una idea de cómo eran los apartamentos de clase media en época del compositor. Entre dichos muebles se incluyen las famosas estufas antiguas salzburguesas, enormes construcciones de cerámica que hoy se mantienen como reliquias del pasado.

Casa natal Mozart Salzburgo

Sala de la casa natal de Mozart con una de las famosas estufas salzburguesas en la esquina izquierda. 

/ Wolfgang Lienbacher

Otro lugar emocionante es el que alberga el cuadro que recrea los últimos momentos del compositor. Según Sophie Haibel, cuñada de Mozart, lo último que hizo el músico antes de morir fue tararear las partes de tímpano del Réquiem. Otro retrato, el que se considera más auténtico del músico y que pintó su cuñado Joseph Lange dos años antes de su muerte, también se encuentra en la casa, aunque está sin terminar.

Cuadro casa natal Mozart

El retrato sin terminar que le hizo el cuñado de Mozart en 1789. 

/ Joseph Lange

Interesante es también uno de los retratos que se conservan en esta casa de la viuda de Mozart, Constanze. Retratada en muchas ocasiones idealizada, como el propio Mozart, una fotografía tomada más o menos en 1840 muestra cómo era en realidad. Otra de las salas está disponible para organizar pequeños conciertos y otra alberga escenografía de sus óperas, una de las grandes pasiones de Mozart.

La familia abandonaba esta vivienda, que se puedevisitar virtualmentevisitaron 400.000 personas en 2019, en 1773.

Mozart Residence

Cruzamos el río Salzach y nos marchamos a la otra orilla para conocer la residencia de Mozart a partir de 1773. Nos habían indicado algunos residentes salzburgueses que el museo más valioso con materiales mozartianos era la Mozart Residence y no nos mentían. La residencia fue reconstruida después de haber sido parcialmente destruida durante la Segunda Guerra Mundial y se reabrió al público en 1996.

El fortepiano original del genio, que se le atribuye a Anton Gabriel Walter, es lo primero que uno se encuentra al entrar en el Salón de los Maestros de Baile en este edificio de dos plantas rosado situado en la Makartplatz, número 8. El instrumento, que Mozart tocaba en sus actuaciones públicas en Viena, fue donado a la Fundación Mozarteum por el hijo del compositor, Carl Thomas, en 1856. También está en él su primer violín, diseñado por Andreas Ferdinand Mayr y que data de 1746.

Mozart Residence Salzburgo

Sala principal de la Residencia Mozart, con su fortepiano al fondo. 

/ Wolfgang Lienbacher

Completan el tridente de obras únicas en este Salón de Maestros de Baile, donde Mozart compuso tres óperas, el que se cree que es el único retrato en vida finalizado de la familia Mozart, realizado por Johann Nepomuk Della Croce entre 1780 y 1781. El retrato muestra al padre de Mozart, violín en mano, y a sus hijos al piano; la madre, muerta dos años antes, aparece en la obra en forma de retrato.

La Mozart Residence también atesora varias cartas autógrafas que el compositor escribió a su padre, su madre y su mujer, el certificado de su empleo como organista en la corte episcopal, facsímiles de sinfonías, salas dedicadas al padre y a su hermana…

Residencia Mozart Salzburgo

Fachada de la Residencia Mozart. 

/ Tourismus Salzburg GmbH

En la visita a la Mozart Residence no puede faltar la música. Además de un espacio en el que escuchar las obras de Mozart, la audioguía incluye varias piezas para deleite de los visitantes. Hay que tener en cuenta que los cinco conciertos para violín de Mozart fueron compuestos en esta casa.

Dos de los detalles más curiosos de la residencia son una maqueta de esta casa, donde se puede husmear en las ocho habitaciones que formaban la primera planta, y un gran mural con multitud de cifras relacionadas con el compositor. Detalles del tipo: Mozart se levanta a las 6:00, se cambió de apartamento en Viena 13 veces, medía 150 cm…

La Mozart Residence incluye también la Colección Audiovisual de Mozart, el mayor archivo especializado en registros de imagen y sonido de la vida y obra de Mozart. Inaugurada en 1991, en ella se pueden reproducir 33.000 títulos de audio (el más antiguo, de 1889) y 4.000 producciones de vídeo.

Y en el sótano de la residencia, la llamada Bóveda de Autógrafos, que solo se puede visitar con visitas guiadas y que atesora 200 de las cartas originales de Mozart, alrededor de 300 escritas por su padre Leopold y más de 100 manuscritos autógrafos de música, la mayoría bocetos y borradores de obras de Mozart.

Por último, y actualmente en restauración, está la Casa de La flauta mágica. Esta pequeña casita de jardín, a la que se accede desde la planta baja del edificio, es el lugar en el que Mozart compuso algunas partes de La flauta mágica. Originariamente estaba ubicada en Viena, pero su propietario se la vendió a la Fundación Mozarteum en 1873. La casita fue trasladada de Viena a Salzburgo en 1877, con motivo del primer Festival de Música de Salzburgo. En ese momento, la fundación decidió colocarla en el Kapuzinerberg, pero actualmente se encuentra en la residencia Mozart. La flauta mágica también está de actualidad gracias al estreno el 17 de noviembre de una nueva versión adaptada de la obra para el cine, producida por Roland Emmerich y en la que participan F. Murray Abraham (que ya interpretara a Salieri en la genial Amadeus) y Rolando Villazón, director artístico de la Fundación Mozarteum.

Residencia Mozart Salzburgo

Una de las salas de la Residencia Mozart. 

/ Wolfgang Lienbacher

Fundación Mozarteum

Las dos residencias de Mozart en Salzburgo, que abren al público todos los días incluidos domingos y festivos, son gestionadas por el mismo organismo, la Fundación Mozarteum, cuya frase de presentación es “Nosotros somos Mozart”. Y razón tienen, ya que atesoran la mayor colección de cartas originales, retratos e instrumentos de la familia Mozart de todo el mundo.

Fundación Mozarteum Salzburgo

Fundación Mozarteum. 

/ Wolfgang Lienbacher

Fundada en 1880, el Mozarteum incluye además de la fundación, una universidad, la única de arte de toda Austria que combina música, interpretación y bellas artes, y una sala de conciertos, que presume de ser la que tiene mejor acústica de toda Europa. El edificio, situado en Mirabellplatz 1, está de estreno, ya que en octubre de 2022 inauguró un nuevo edificio en el vestíbulo, 370 metros cuadrados en dos niveles diseñados por el estudio de arquitectura de Salzburgo de Maria Flöckner y Hermann Schnöll y que pueden adoptar varios usos, entre ellos, el de albergar una zona de catering para los intervalos entre conciertos. Diseñado en vidrio y acero, este espacio es transparente y el suelo está ornamentado, con aspecto de filigrana.

Fundación Mozarteum Salzburgo

Nuevo espacio en la Fundación Mozarteum. 

/ Wolfgang Lienbacher

También se ha empezado a renovar el Gran Salón, que estrena suelo de parqué, sillas desmontables, aire acondicionado… y que continuará con su proceso de embellecimiento y modernización en los próximos años. En él es donde tienen lugar los conciertos más importantes de la Mozart Week, que se celebra cada mes de enero en Salzburgo y que abre la temporada de conciertos en la ciudad. Esta semana mozartiana atrae a visitantes de más de 50 países del mundo y este 2023 tendrá lugar del 26 de enero al 5 de febrero con el siguiente leit-motiv: mostrar a Mozart como un prodigio infantil, pero también como un gran compositor maduro, interpretando sus obras más tempranas y también las últimas.

Salón de conciertos en Fundación Mozarteum Salzburgo

Sala de conciertos de la Fundación Mozarteum. 

/ G. Breitegger

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