Carrick-a-Rede, sólo para valientes

En la Ruta Costera de la Calzada, en Irlanda del Norte, y a una hora de la archifamosa Calzada de los Gigantes, se encuentra otro de los atractivos más llamativos de esta ruta: el Carrick-a-Rede, un puente colgante hecho con cuerdas y tablones.

Este puente une la isla de Carrick con el condado de Antrim, tiene una longitud de 20 metros y se encuentra a 25 sobre el nivel del mar. La primera versión del mismo fue construido hace más de 260 años, en 1755, por pescadores de salmón de la zona. El que se puede ver y cruzar hoy día data de 2008 y pasar por él no es pecata minuta para aquellos que sufren de vértigo o tienen respeto a las alturas. El aire y el trasiego de la gente -en fila de uno en cada dirección- hace que su movimiento no sea nada alentador.

Para llegar hasta él desde el aparcamiento hay que recorrer un pequeño sendero de menos de un kilómetro y cruzarlo tiene un precio de 7 libras que bien merecen la pena. Y es que una vez se llega a la isla de Carrick el viento y las vistas hacen que te olvides del temor pasado al haber cruzado el puente. Desde este lugar se puede ver los escarpados acantilados de la costa norirlandesa e incluso las costas escocesas en días claros o la isla de Rathlin.

El <strong>a</strong><strong>Carrick-a-Rede</strong>accesoaCarrick-a-Rede, perteneciente a National Trust (Fundación Nacional para los Lugares de Interés Histórico o de Belleza Natural de Reino Unido) varió en 2017 ya en 2016 se batió el récord de visitantes. Así, para asegurar su conservación los tickets no se pueden reservar y sólo se pueden comprar en taquilla desde las 9:30 horas hasta las 18:15, en temporada alta (del 26 de junio al 3 de septiembre). Este ticket será válido para el día en que se compra a una en concreto. Es por esto que en días de previsible alta afluencia National Trust recomienda llegar pronto por la mañana, ya que se suelen agotar muy rápido.