Barcelona y Málaga preparan sus aeropuertos para el futuro

Antes de que termine 2009 ya estarán en pleno funcionamiento las nuevas terminales y pistas de los aeropuertos de Barcelona y Málaga, que completan los dos planes estrella de Aena para cubrir las necesidades de transporte de ambas capitales. Las nuevas terminales darán servicio a 30 y 20 millones de pasajeros al año, respectivamente.

Barcelona y Málaga preparan sus aeropuertos para el futuro
Barcelona y Málaga preparan sus aeropuertos para el futuro

Tras una inversión superior a los 900 millones de euros, esta temporada de verano estará operativa la nueva Terminal (T1) del aeropuerto de Barcelona. Con una superficie de 544.066 metros cuadrados y capacidad para dar servicio a 30 millones de pasajeros al año, la nueva Terminal, con una estilizada forma de espada o avión supersónico, albergará las operaciones de las compañías pertnecientes a las tes grandes alianzas (Oneworld, Star Alliance y SkyTeam). La construcción de la nueva T1 en el espacio entre las dos pistas actuales es, junto a la tercera pista, el proyecto más emblemático de la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Por el nuevo edificio pasarán más de 100.000 pasajeros diarios y en él trabajarán más de 15.000 personas. Su más de medio millón de metros cuadrados acogerá 166 mostradores de facturación, 101 puertas de embarque, 43 fingers (ampliable a 50), 15 hipódromos de recogida de equipajes, un Sistema Automatizado de Tratamiento de Equipajes (SATE) y siete mostradores de información, más dos itinerantes. Un salto cualitativo y cuantitativo que amplía en más de cuatro veces la capacidad del aeropuerto, que tendrá también una tercera pista y aspira a consolidarse como el aeropuerto de referencia del sur de Europa.

Aena ha tratado de enfocar el proyecto desde dos puntos de vista: considerando la terminal como un nudo de comunicaciones y como un centro de servicios. El resultado será un complejo que se estructurará alrededor de tres elementos: el edificio procesador, los diques de embarque y el vestíbulo intermodal. El edificio procesador comprende la facturación, con 144 mostradores distribuidos en cinco isletas (más una de reserva), embarques y desembarques, recogida de equipajes, SATE, áreas técnicas y el Sky Centre. Los diques de embarque y de desembarque de pasajeros están compuestos por dos laterales y uno longitudinal. El vestíbulo intermodal, situado en la planta 0, albergará 14 mostradores de facturación y las oficinas de agencias de viaje; la Plaza, situada en la planta 1, será el centro neurálgico de la oferta de servicios de transporte, servirá de acceso entre la zona de llegadas y el aparcamiento público y acogerá la zona comercial y de restauración para el público en general.

Málaga dobla su capacidad

Por su parte, el aeropuerto de Málaga afronta la mayor transformación de su historia, con una inversión superior a los 1.400 millones de euros. La ampliación contempla una nueva Terminal, una segunda pista de vuelo, una Terminal para la aviación privada y un nuevo aparcamiento de siete plantas con capacidad para 2.500 plazas. La Terminal de aviación privada y el aparcamiento ya están operativos. La nueva pista de Málaga estará terminada hacia finales de 2010 y las obras de la nueva Terminal tienen previsto finalizar a finales de 2009.

El aeropuerto malagueño cerró 2008 con casi 13 millones de pasajeros y cerca de 120.000 aterrizajes y despegues. El nuevo edificio terminal, con 86 mostradores de facturación y una superficie de 251.000 metros cuadrados, estará unido a la Terminal Pablo Ruiz Picasso (T2), de forma que constituirán en su conjunto un edificio único. Una vez que entre en servicio, el conjunto del área Terminal del Aeropuerto de Málaga podrá asistir a 20 millones de viajeros al año, lo que prácticamente duplicará la capacidad actual.

En la remodelación del principal aeropuerto de la Costa del Sol se ha tenido especial cuidado con el impacto medioambiental debido a su cercanía con la desembocadura del río Guadalhorce. El reto medioambiental más importante será la construcción de la segunda pista de vuelo, donde se exigirá el máximo respeto por el entorno.

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