¿Por qué el árbol de Wanaka es el más famoso de Nueva Zelanda?
Conoce uno de los símbolos más populares de la tierra de los kiwis
Aunque el sobrenombre de «kiwi» para designar a los neozelandeses tuvo en origen un uso en el ámbito militar, con el tiempo se fue extendiendo a toda la población de este país ubicado entre el mar de Tasmania y el Pacifico Sur.
Los «kiwis» presumen de vivir en unas tierras donde la naturaleza tiene una gran importancia, y en su misma medida entienden su conservación y su puesta en valor. Tal es así que algunos elementos de su naturaleza se han convertido en auténticos símbolos culturales, como demuestra su cariñoso apodo recordando a estas carismáticas aves no voladoras endémicas del país.
Otro de los símbolos de Nueva Zelanda, aunque mucho más reciente, es «el árbol solitario de Wanaka», un sauce que ha crecido en mitad de uno de los lagos más populares de su territorio, creando una de las estampas más fotografiadas en los últimos años en los límites de sus fronteras.
¿Qué lo hace tan especial?
«El árbol solitario de Wanaka» o, simplemente, «el árbol de Wanaka», como se conoce popularmente, es un sauce de varias decenas de años que emerge en mitad del lago Wanaka, en la isla Sur de Nueva Zelanda.
Una mimbrera, de nombre científico salix fragilis, que crece normalmente en las riberas fluviales pero que, en esta ocasión, decidió prosperar en solitario algo más alejada de la orilla de este gran lago de casi doscientos kilómetros cuadrados.
Su bella silueta sobre las aguas con las montañas de fondo crea una estampa incomparable que pareciera haber sido diseñada por una mente artista, si bien el mérito es únicamente atribuible a la Naturaleza, que una vez más supera con creces cualquier acción del ser humano. Su tronco inclinado sobre la superficie del lago, tendiendo sus ramas a las continuas variaciones del nivel de las aguas – que ocultan o hacen aparecer una parte de ellas -, es poesía paisajística pura, siendo con razón uno de los elementos más fotografiados de toda Nueva Zelanda y el árbol más famoso del país en la actualidad.
Un ejemplar protegido al que no está permitido encaramarse o trepar por él pero que, sin embargo, sufrió el año pasado un episodio de actos vandálicos en el que fue talada su rama inferior, propagándose la noticia inmediatamente y conmocionando a todo el territorio neozelandés por el daño producido a una de sus grandes atracciones turísticas y símbolos naturales.
Uno de los lagos más emblemáticos de Nueva Zelanda
La importancia del sauce se debe en gran parte, no solo a su valor paisajístico incuestionable, sino también al envidiable entorno en el que se sitúa. En efecto, el lago Wanaka, uno de los más grandes de Nueva Zelanda, es una zona de larga tradición maorí, la etnia primigenia de estas islas.
Situado en el sureste de la isla Sur, se encuentra junto a una extensa área de parques nacionales que han sido escenario recurrente de películas tan conocidas como las que forman parte de El Señor de los anillos.
La región de los lagos del territorio de Otago, con el Wanaka y el Hawea a la cabeza, son la antesala del Parque Nacional del Monte Aspiring, que forma junto con otros tres el conocido como «Te Wahipounamu», declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1990.
El lago Wanaka, con sus cuarenta y dos kilómetros de largo y sus diez de ancho, está rodeado por montañas de gran altura – especialmente en su flanco izquierdo desde el nacimiento del río Clutha, el más caudaloso del país -. Una enorme masa de agua dulce cuya orografía es de origen glaciar y cuyo nivel se ve alimentado por los ríos Makarora y Matukituki, que provienen de los Alpes Neozelandeses.
El significado del lago en la cultura maorí, así como su espectacularidad paisajística, lo han convertido en uno de los más apreciados y populares de Nueva Zelanda, con la particularidad de estar separado por menos de un kilómetro de tierra del lago Hawea en su parte más estrecha, por lo que su atractivo se multiplica.
Dos de los mejores puntos desde los que obtener hermosas vistas de ambos desde las alturas son el Roys Peak y el Isthmus Peak, a 1578 y 1385 metros de altitud respectivamente.
Tampoco conviene perderse, al norte del lago, en el curso del río Makarora, las Blue Pools, rincones de extraordinaria belleza que se suman a las múltiples bondades de esta zona de Nueva Zelanda que cada vez se vuelve más popular para la práctica del senderismo y el turismo de aventura.
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