7 vidrieras medievales fascinantes

Las vidrieras de catedrales y monasterios son fascinantes. Su luz tamizada, sus colores y su halo de magia, paz y sosiego hechizan. Aunque parezcan un componente más de la potente arquitectura del Medievo, los vitrales son un libro abierto que relatan seductoras historias.

Catedral de León
Catedral de León / JESUSDEFUENSANTA

Aunque parecen un elemento más de la arquitectura, desde antiguo las vidrieras han sido muy valoradas. Los vitrales transformaron la arquitectura y fueron la principal forma de pintura monumental. Eran el medio de comunicación para expresar los conceptos de la mística y el simbolismo del Cristianismo de los siglos finales de la Edad Media.

En su tiempo, los visigodos cubrían las ventanas con lajas de alabastro como las que hoy, de forma excepcional, se pueden admirar en la catedral de Jaca. Los principales centros de arquitectura visigoda fueron Toledo, Tarragona, Córdoba y Mérida, de los que quedan documentación, pero poco de los edificios, salvo elementos aislados como columnas y pilastras. Fue en el románico cuando aparecen tímidamente, las vidrieras. Y a pesar de los escasos ejemplares de vitrales románicos que han llegado hasta nuestros días, la vidriera fue sin duda el principal sistema de cerramiento de ventanales utilizado en la arquitectura religiosa de los siglos XI y XII, y una de las principales artes de la Edad Media.

Monasterio de la Huelgas

Monasterio de la Huelgas.

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El estilo Románico se extendió rápidamente por toda Europa a partir del siglo X, y se desarrolló hasta mediados del XIII. Los vidrios se realizaban soplados con una caña en forma de cilindro, se aplanaban en láminas, y se cortaban con una barra de hierro al rojo vivo. Más tarde se iban desbastando para conseguir el diseño deseado. En aquella época, la vidriera casi era ignorada en España porque las paredes se construían demasiado gruesas, y las que había, procedían de maestros extranjeros.

La Biblia de los pobres

Sin lugar a dudas, las vidrieras medievales, además de su magnífica estética, tenían un carácter didáctico. Durante la Edad Media el analfabetismo era la tónica común, y los libros manuscritos estaban tan sólo al alcance de unos pocos. Así que las vidrieras eran como libros, de ahí que incluso se hayan llegado a definir como la Biblia de los pobres. Al igual que en la escultura o pintura mural, también en las vidrieras se desarrollaron extensos ciclos iconográficos, con temas del Antiguo y Nuevo Testamento. A menudo estos ciclos iconográficos eran agrupados en una misma vidriera, y componían múltiples escenas.

Catedral gótica de León

Catedral gótica de León.

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La historia de la vidriera española comenzó a mediados del siglo XIII, en relación con las primeras catedrales del gótico clásico, especialmente la de León. Con el tiempo se suprimieron los muros de fábrica por los amplios ventanales con vitrales de color, que proporcionaban una atmósfera cálida, coloreada e irreal. Los fieles se sentían seguros al amparo de la Iglesia mientras contemplan la luz de esencia divina. Los ventanales dejaron de ser perforaciones en el grueso del muro para transformarse en entrepaños translúcidos, llenos de vidrio entre encajes de piedra.

Un mundo de imágenes que sigue actuando sobre el alma del hombre

A partir del XIV el papel de los donantes civiles, como la nueva burguesía, los ricos comerciantes y gremios, cobran cada vez mayor importancia. Junto a la monarquía y el clero, perseguían la gloria divina mediante el encargo de nuevas vidrieras para iglesias y catedrales. Un recorrido por los 7 vitrales construidos a partir del XIII en catedrales, iglesias y monasterios, compone un mundo de imágenes que sigue actuando sobre el alma del hombre.

El Monasterio de la Huelgas en Burgos posee cuatro maravillosas obras románicas, que probablemente fueron realizadas entre 1200 y 1220, y que son las más antiguas conservadas en España. En la Sala Capitular se conservan tres, San Pedro, San Pablo, y San Juan que, junto con la Virgen con el Niño, conservada en la actual Hospedería, son el mejor ejemplo de transición al gótico.

Catedral de Sevilla

Catedral de Sevilla.

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La Catedral de León es, sin duda, el edificio español con mayor número de vidrieras medievales conservadas, especialmente del siglo XIII. Iniciada en el XII, es una de las grandes obras mundiales. Conocida como La Pulcra Leonina, atesora una colección única de vidrieras, en concreto 737, una de las mayores colecciones del mundo.

Otra joya es la barcelonesa Santa María del Mar, donde destacan el grandioso rosetón de la fachada principal, la vidriera de la Ascensión, y la del Lavatorio. La Catedral de Sevilla, por su parte es el único monumento andaluz donde se han conservado vidrieras medievales. Son un conjunto de 18 vidrieras monumentales, situadas en la nave central y laterales, sin duda una de las principales cumbres de la vidriera española de todos los tiempos.

Interior de la Catedral de Cuenca

Interior de la Catedral de Cuenca.

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Cuenca es una ciudad encantada que invita a detenerse es su catedral. La primera impresión sorprende por su gran parecido a Notre Dame. Inicialmente se comenzó una cabecera románica con ventanales decorados con estatuas de ángeles. Destaca el rosetón norte con una vidriera policromada y el rosetón sur. A finales del XX se encargó la realización de una serie de vidrieras a varios artistas reputados en arte abstracto como Gustavo Torner, Gerardo Rueda y Bonifacio Alfonso.

La Catedral de Valencia llamada popularmente Seu, se encuentra sobre la antigua mezquita de Balansiya, y su estilo es gótico mediterráneo. En su interior, se venera el Santo Cáliz, fechado del siglo I.

Catedral de Toledo

Catedral de Toledo.

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A pesar de las graves pérdidas sufridas durante la Guerra Civil, la Catedral de Santa María de Toledo es uno de los edificios castellanos que más vidrieras medievales ha conservado. Hay alguna vidriera anónima de principios del siglo XIV y una excelente colección de vidrieras del siglo XV.

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