Las Highlands del País Vasco

Cuajadas de bosques autóctonos imposibles, de frescos pastos, de antiguos caseríos, y de usanzas ancestrales, descubrimos las Tierras Altas Vascas, tan singulares como fascinantes y hermosas. Estas tierras altas, que se extienden por las elevadas cuencas de los ríos Oria y Urola son, desde hace miles de años, el paraíso de los pastores.

Así lo corroboran los monumentos megalíticos que están dispersos por las atalayas de estas tierras en las que el hombre ha vivido desde hace siglos. Aquí esta la sierra de Aralar, y el monte Aizkorri, que poseen increíbles extensiones de bosques autóctonos, y hermosos pueblos. Trufadas de caseríos como el Conjunto histórico artístico de la villa de Segura, que poseeuno de los cascos medievales mejor conservados de la península.

Increíbles el antiguo palacio Lardizabal que hoy acoge la Casa Consistorial, la impresionante casa solar de Arrue, y la de Guevara con su puerta dovelada. O el de Lazkao, con varias edificaciones del XVII. Aquí hay que admirar los más de 40 000 volúmenes, entre los que se encuentran muchos incunables, que se conservan en el Monasterio de los Benedictinos. Bellísimo el Palacio de los Lazcano, la iglesia de San Miguel, y el antiguo convento de las Bernardas.

Estas tierras altas acogen al pequeño Gaintza, el pueblo más elevado de la comarca y con las vistas más espectaculares del Txindoki. Y Legorreta con su parroquia de San Salvador, una de las iglesias más hermosas de todo el entorno; el humilladero de Santa Cruz, y las ermitas de Santa Ana, Guadalupe, Santa Marina.

Además, dentro del término municipal de Zegama, son obligatorios sus interesantes restos prehistóricos como los túmulos de Bidaarte II, y Tartaloetxea, en la estación megalítica de Altzania, y el de Irumugarrieta, en Brinkola-Zegama. Son tierras de exquisita gastronomía donde su impresionante carne, o sus afamados mondejus, una especie de morcilla blanca que se obtiene de la oveja, resultan exquisitos.

Es el epicentro del, mundialmente deseado, queso de Idiazabal, que elaborado con la exclusiva leche de la oveja latxa, posee una ruta propia por el camino que antaño transitaban los rebaños. En las Tierras Altas Vascas se disfruta de los placeres de la tierra y de la mesa, se aprende a tomar queso con sidra, y pintxos, y se asciende a las cimas más hermosas. Misterio, tradición, gastronomía y un hábitat sensacional se amalgaman en estas Tierras Altas Vascas. ¿Y, aún no tienes plan para el próximo puente?

1 Beasain

Es el principal municipio de la comarca del Goierri. Para acceder a su encantador conjunto histórico, hay que atravesar el puente medieval que salva el río Oria. Beasain posee un molino del XIII que está en funcionamiento, y una llamativa ferrería. Entre sus bellos rincones destaca el palacio de Igartza, del XVI, donde el poder de sus señores se reflejaba, además de la vivienda, en la ermita, la ferrería, y el molino, entre varias dependencias que lo hacía autosuficiente.

2 Ordizia

En esta villa medieval, santuario gastronómico y epicentro del increíble queso de Idiazabal, resulta imprescindible visitar el Centro de Interpretación del Goierri. Y como no, su sensacional mercado que se celebra, desde el siglo XVI, todos los miércoles en su plaza Mayor.

Es de gran importancia, ya que, las valoraciones que se fijan cada semana en Ordizia, sirven de referencia para establecer los precios de los productos agrícolas en toda Euskadi. Y también muy interesante el mercado de productos de calidad, que tiene lugar los viernes por la tarde.

3 Parque Oianguren

Con un irresistible encanto, este magnífico lugar resulta perfecto para disfrutar de una jornada en el corazón de la naturaleza. Con un extenso arbolado, es el lugar ideal para un tranquilo paseo. Además dispone de mesas y de asadores para darse un buen festín, entre un ecosistema espectacular y único. Sus vistas son increíbles, ya que desde aquí se alcanzan Aralar y Aizkorri-Aratz, los dos parques naturales por los que se extiende el Goerri.

4 Idiazabal

La Denominación de Origen Queso Idiazabal toma su nombre de este municipio, de trascendental pastoreo ovino, que tanta importancia económica y social ha tenido a lo largo de la historia. En Idiazabal es habitual cruzarse con rebaños y sus pastores.

La importancia de este sector queda representado en el monumento al Pastor en la Plaza San Miguel, y en el Centro de Interpretación y Degustación del Queso, donde conocer todo acerca de este ancestral producto y su elaboración.

5 Zerain

Es uno de los pueblos con mayor encanto, y que mejor ha sabido conservar y recuperar, su arquitectura, y su cultura tradicional. A los pies del monte de Aizkorri ofrece interesantes itinerarios, y un casco urbano donde admirar el Palacio Jauregi, y el Museo Etnográfico. Cerca, están las minas de Aizpea, conocidas como la Montaña de Hierro. En este complejo minero, con unas 200 galerías, se ha procesado el mineral extraído de la tierra, desde el siglo XI, hasta mediados del XX.

6 Zaldibia

Rodeada de barrios salpicados de caseríos, Zaldibia ofrece numerosas rutas que se pueden realizar tanto a pie como en bicicleta. Se despliega a los pies del monte Txindoki, la mítica cumbre del Parque Natural de Aralar. Posee una hermosa Casa Consistorial, y la iglesia gótica de Santa Fe del XVI, que guarda una pila bautismal que data del XIII. Su propio casco urbano se extiende en las inmediaciones de la parroquia, donde están las casas Albitxu, Kanpandegi, Carrera Enea, y el caserío Zubiaurre.

7 Zegama

A los pies del Parque Natural de Aizkorri, con abruptas crestas que se elevan sobre sus verdes prados, ha sido desde siempre el acceso natural a la provincia. Así lo confirma el túnel de San Adrián, cruzado por una calzada que tiene su origen en la época de los romanos, y por donde hoy pasa el Camino de Santiago.

En su centro destaca la iglesia de San Martín de Tours, con el mausoleo del general Tomás de Zumalakarregi, y una cruz de la ermita de la cima del Aizkorri. Su Ayuntamiento con gran pórtico, las casas Kapitanetxea, la Torre de Ugarte, Aitamarren, y la de Mazkiaran Barrena, son algunos de los bellos edificios de Zegama.