6 pueblos del Alto Tajo que te dejarán sin aliento

En un recorrido que te dejará sin aliento, se aúna la historia y la fuerza de la naturaleza. Entre Molina de Aragón y el Alto Tajo, se suceden los paisajes  inéditos, entre pueblos desconocidos.

Alto Tajo
Alto Tajo / Jose Javier Martin Espartosa / photo on flickr

Entre Molina de Aragón y el Alto Tajo, en el extremo oriental de Guadalajara, se extienden aguas bravas, acantilados y pinares que sobrevuelan enormes buitres. Son campos de condes, de ermitaños, de senderistas, deportistas y de gancheros que viajan a través del tiempo por esta recóndita comarca. Molina de Aragón es la historia y el Alto Tajo, la geografía. Molina de Aragón aporta las iglesias románicas, casonas, fortalezas, ermitas ancladas en el paisaje, torres almenadas, conventos, palacios y un sinfín de increíble patrimonio civil y religioso. Es tierra de hermosos y bien conservados castillos que hay que otear: el de Satiuste, el de Castilnuevo y el palacio fortaleza de la Vega de Arias, donde se dice que el Cid Campeador descanso cuando iba con sus huestes de Burgos a Valencia. El Alto Tajo posee centenares de pinares y casi 100 kilómetros de aguas bravas entre acantilados, y riscos.

Las tradiciones mandan en cada pueblo y rincón de este parque natural de Guadalajara. El río y sus afluentes se precipitan entre hoces, cañones y saltos de agua que durante años tuvieron que recorrer los gancheros, un oficio antiguo y desaparecido que hoy se rememora en estas tierras con una gran fiesta. Los gancheros eran hombres valientes, los únicos que se atrevían a coexistir con las aguas del Tajo, de fuerza y espuma constantes, al que debían doblegar para transportar troncos de árboles recién talados siguiendo su accidentado cauce, desde Peralejos de las Truchas, al norte de Guadalajara, hasta la madrileña vega de Aranjuez. Entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, el Parque Natural del Alto Tajo ha sido declarado Lugar de Interés Comunitario dentro de la Red Natura 2000 y Zona de Especial Protección para Aves.

Este espacio natural, moldeado por el Tajo y sus afluentes, tiene más de 100.000 hectáreas de hoces naturales horadadas por el agua durante milenios. Un laberinto de cuevas y formaciones rocosas, y una increíble variedad de vida salvaje, en especial aves rapaces, las auténticas dueñas y señoras de este espacio natural. En este paraíso se puede disfrutar de casi 200 kilómetros de senderos señalizados, auténticos recorridos fascinantes por la orilla del rio.

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