Land Art: cuando el paisaje se convierte en el lienzo

El land art nace como una corriente del arte contemporáneo entre los años 60 y 70 en Estados Unidos. Son Robert Smithson y Michael Heizer los propulsores de este movimiento artístico que buscaba cambiar el enfoque desde el que se veía el arte hasta el momento.

The Woodline, Andy Goldsworthy
The Woodline, Andy Goldsworthy / ISTOCK

El arte tradicional se había vuelto monótono para estos dos artistas estadounidenses cuando decidieron experimentar más allá de los distintos colores y dimensiones que se pueden plasmar en un lienzo. Fue cuando empezaron a plantearse el arte en sus distintas formas, cuando decidieron convertir el lugar en la auténtica obra, y no su dibujo y cuando realizaron sus primeros trabajos en los paisajes desérticos del Oeste estadounidense.

Siendo los elementos de la naturaleza el centro de su creación, Spiral Jetty es una de las obras más conocidas de Robert Smithson. Construida en 1970, se encuentra en el norte de Utah, en el Gran Lago Salado. Actualmente puede visitarse aunque su aspecto, casi 50 años después de su construcción, se ha visto afectado por los agentes climáticos.

Spiral Jetty, Robert Smithson
Spiral Jetty, Robert Smithson / Nathan Allred / ALAMY

Este trabajo implicó la participación de cientos de hombres y el uso de máquinas, pues lo componen 5 toneladas de basalto negro. Otra de sus obras conocidas es Broken circle, ubicada en Emmen, Holanda.

También Michael Heizer realiza una obra a lo largo de 1969 que implica la excavación y el desplazamiento de 240.000 toneladas de arenisca que posteriormente depositó en el río Virgen, Nevada. Tituló su obra Double negative. Entre sus obras más recientes se encuentra Levitated Mass, una roca de 340 toneladas colocada sobre una zanja de hormigón que se encuentra en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA).

Levitated Mass, Michael Heizer
Levitated Mass, Michael Heizer / Kevork Djansezian / GETTY

Las obras que los artistas de este movimiento han realizado son muy variadas y van desde las más grandes, realizadas con excavadoras, a las más pequeñas y con menor impacto en el terreno. Entre estas últimas podemos encontrar a las realizadas por Andy Goldsworthy, Nils Udo o Richard Long. Pese a las diferencias en su tamaño y construcción, estas creaciones tienen en común que son cambiantes y casi siempre efímeras, por el paso del tiempo y por estar expuestas a los caprichos de la propia naturaleza.

Entre las creaciones de estos artistas se pueden encontrar Hanging Trees, en Yorkshire Sculpture Park o Green to yellow leaves de Andy Goldsworthy, y Bamboo Nest, un nido circular a gran escala o Waterhouse, una recopilación de troncos colocados en la orilla del Mar de Wadden, en Holanda, por Nils Udo.

Hanging Trees, Andy Goldsworthy
Hanging Trees, Andy Goldsworthy / Les Gibbon / ALAMY

También destaca Richard Long, el único artista de este movimiento que ha ganado el Premio Turner, un galardón para artistas menores de 50 años. Fue en 1989 por su obra White Water Line. Entre sus obras más conocidas se encuentran A line made by walking de 1967, en la que  Long caminó hacia delante y hacia atrás sobre una línea recta en la hierba que posteriormente fotografió en blanco y negro; o Small White Pebble Circles, una escultura de 1982 formada por cinco anillos de piedra de mármol blanco que se encuentra en el Tate Modern de Londres.

Small White Pebble Circles, Richard Long
Small White Pebble Circles, Richard Long / © Marie-Lan Nguyen / Wikimedia Commons / CC-BY 2.5

Años más tarde del nacimiento del land art, se sumaron a este movimiento otros artistas que trataron de crear un contraste con el medio natural utilizando materiales artificiales, como Christo y Jeanne Claude, y Walter de Maria. Debido al gran impacto de sus obras en el ambiente, algunos de ellos tuvieron problemas con asociaciones ecologistas que trataban de evitar la construcción de sus proyectos.

Christo y Jeanne Claude, un matrimonio dedicado al land art en amplias dimensiones, colocó en 1972 una gran tela de 400 metros cuadrados entre un valle de montañas rocosas cercano a la ciudad de Rifle, en Colorado. Este trabajo es conocido como Valley Curtain y fue retirado a las 28 horas de su instalación debido a las condiciones climáticas.

Valley Curtain, Christo y Jeanne Claude
Valley Curtain, Christo y Jeanne Claude / Bill Gillette / Wikimedia Commons

Otra obra de este matrimonio es Running Fence, una extensa lámina de metal de casi 40 kilómetros que colocaron cruzando las colinas de Sonoma y Marin, en el norte de California, hasta acabar en el mar. Levantada en 1976, hizo referencia a la Muralla China y duró 14 días, al igual que Surrounded islands, una creación que se basó en la colocación de una tela fucsia en la bahía de Biscayne, en Miami en 1983.

Tras la muerte de Jean-Claude en 2009, su marido Christo Vladimirov Javacheff creó The floating Piers, una pasarela gigante de 3 kilómetros de largo y un área de 100.000 metros cuadrados en el lago Iseo, en la región de Lombardía, al norte de Italia. Pudo visitarse hasta julio de este mismo año.

Por sus características, para observar muchas de estas obras en su totalidad ha sido necesario el uso de helicópteros, además de para poder registrarlas para el futuro con el uso de la fotografía aérea.

Haciendo el ejercicio contrario en referencia al land art, Walter de Maria instaló su obra natural dentro de una galería. Esta obra es conocida con el nombre de The New York earth room y a día de hoy todavía recoge en el interior de una galería una gran cantidad de metros cúbicos de tierra, con las que el espectador puede interactuar hundiéndose o jugando con ella. Desde 1977 la galería se encarga de mantener la tierra en perfecto estado, no dejando crecer nada en ella.

The New York earth room, Walter de Maria
The New York earth room, Walter de Maria / Sergi Reboredo / ALAMY

De Maria también es autor de Campo de relámpagos, una obra realizada en 1977 que consistió en la instalación de 400 tubos metálicos en un campo de Quemado, Nuevo México, con la intención de que ejercieran de pararrayos. Durante una tormenta, los relámpagos fueron atraídos y concentrados en un mismo lugar, lo que originó esta fugaz y efímera obra que sólo quedó en el registro fotográfico.

Por otro lado, combinando el uso de los materiales naturales y artificiales, artistas como Robert Morris tratan de hacer una puesta en escena de las fuerzas de la naturaleza y el orden cósmico. Morris lo hace con obras como Observatory, inspirado por los círculos megalíticos de Stonehenge y ubicado en Flevoland, Holanda, o con Steam, una obra en la que interactuaba con las condiciones atmosféricas. Su finalidad era experimentar cómo una nube de vapor se iba transformando, estableciendo diversas salidas de vapor sobre una base de piedra, en el campus de la “Western Washington University”, en Estados Unidos.

También Douglas Hollis trabaja con las fuerzas de la naturaleza, haciendo hincapié en la escultura sonora. Aeolian harp o Zephyr Trio son algunas de sus creaciones y en ellas se pone de manifiesto la fuerza eólica. Ambas se encuentran en el Exploratorium de San Francisco, California.

Finalmente, cabe destacar la figura de James Turrell, quien en 1974 crea en Arizona, a partir de un cráter inactivo, una especie de observatorio astronómico con intención artística, ya que la luz del sol es el elemento principal. Con el paso de los años, este artista ha creado su propio paisaje dentro del cráter escavando túneles y abriendo pequeñas cámaras en su interior. Este observatorio es conocido como Roden Crater y se encuentra cerca de la ciudad de Flagstaff, en Arizona.

La luz también juega un papel importante en muchas de las obras de Turrell, como Meeting, ubicada en el MoMa de Nueva York, o Irish Sky Garden, que se localiza en Skibbereen, en el Condado de Cork, Irlanda.

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