Lisboa para niños inquietos

La ciudad de los tranvías renqueantes y los atardeceres en el Tajo es también un destino que fascina a los más pequeños.

Torre de Belen
Torre de Belen / ISTOCK

Por sus subidas y bajadas, por su estética decadente y por su aura melancólica, podría parecer que la capital portuguesa no es un destino especialmente indicado para los niños. Pero nada más lejos de la realidad. Lisboa puede ser de lo más entretenida para una escapada con un cierto toque infantil. Porque está llena de planes divertidos, originales e interesantes para hacer con los pequeños de la casa.

Aquí van algunas propuestas para descubrir esta bella ciudad jugando, como más les gusta a los menores. Para conocerla, recorrerla y disfrutarla en familia:

La magia del tranvía

Sí, algo tiene este medio de transporte que enloquece a los niños (y a los no tanto). Será por su estética de cuento o porque ya apenas quedan en las ciudades o porque simplemente desprenden romanticismo. En Lisboa no sólo constituyen un pintoresco modo de desplazarse sino también una eficaz manera de sortear las empinadísimas cuestas, especialmente si se viaja con los hijos. Nada les hará más ilusión que subirse al mítico Tranvía 28, ideal para recorrer el centro hasta el Bairro Alto, Alfama, Chiado, Graça… Su look antiguo forrado de madera en el interior y su bonito recorrido, serpenteando entre grandes monumentos, lo convierten en imprescindible.

Tranvia y tuk tuk

Tranvía y tuk tuk en Lisboa. 

/ ISTOCK

El Castillo de San Jorge

Para jugar a ser caballeros y princesas está esta fortificación construida por los visigodos y ampliada después por los musulmanes, que se asienta en una colina con vistas a la ciudad abigarrada y a la brecha del río. Las torres, las almenas, los miradores y hasta un periscopio para dar rienda suelta a la imaginación llenarán la visita de al menos una mañana entera. Además, los jardines están plagados de pavos reales que merodean entre los turistas como si tal cosa y, con sus llamativos colores, hacen las delicias de los pequeños.

Entre tiburones en el Oceanário

Visitar el segundo mayor acuario de Europa, por detrás del L'Oceanogràfic de Valencia, es una experiencia inolvidable para los niños de cualquier edad. Porque en él cohabitan más de 15.000 ejemplares de más de 450 especies diferentes. Tiburones, rayas, mantas, barracudas, tortugas, peces tropicales… conforman el Oceanario (https://www.oceanario.pt/en), que es a su vez una suerte de museo de biología marina. Está situado en el Parque de las Naciones, dentro de un singular edificio que está flotando en el agua y al que se accede por pasarelas.

Un paseo en tuk tuk

Es lo último en esta ciudad dotada de una sorprendente capacidad de reinventarse. Un divertido recorrido en estos vehículos de tres ruedas de alegre colorido que, pese a ser típicos del continente asiático, se han puesto de moda en algunas metrópolis portuguesas. Casi todos ellos ofrecen un paseo comentado de alrededor de una hora, en general por la ciudad antigua y el barrio de Alfama. Pero también existen rutas temáticas como la tentadora Lisboa de Fernando Pessoa, muy interesante para los adultos mientras los menores disfrutan de los lindo con las trepidantes subidas y bajadas.

Tajo en Lisboa
Tajo en Lisboa / ISTOCK

En ferry por el Tajo

Rodeada de agua, también esta ciudad permite dar un paseo en barco. Que para eso el mismo Tajo, en plena desembocadura, baña las orillas de su centro histórico. Existen paseos turísticos que permiten contemplar Lisboa y sus alrededores desde una perspectiva diferente e incluso seguir la línea de costa y acercarse hasta Cascais. Si no, están también los barcos de línea, mucho más económicos, con los que llegar, por ejemplo a Cacilhas, en la orilla sur, un antiguo pueblo de pescadores donde se puede degustar un marisco fresquísimo.

De cerca con criaturas salvajes

Sería un delito abandonar la capital portuguesa sin llevar a los niños al Jardín Zoológico (www.zoo.pt), todo un hito infantil. Y no sólo por la cantidad de animales que pueden contemplarse (más de dos mil especímenes con una destacada presencia de criaturas exóticas procedentes de todos los rincones del mundo, con especies originarias de África y Brasil) sino también porque existe la posibilidad de recorrerlo en un divertido trenecito, en cuyo recorrido se van explicando curiosidades, e incluso en un teleférico desde el que se obtiene una buena panorámica del parque. Hay además exhibiciones de aves en vuelo libre y programas donde mayores y pequeños aprenden, de la mano de un educador, a cuidar a los animales y hasta alimentarlos.

Castillo de San Jorge

Castillo de San Jorge

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Dormir en un hotel baby-fiendly

Un establecimiento elegante que seduce a los adultos, pero que está especialmente pensado para los más pequeños. Y en una de las zonas más atractivas de Lisboa. Así es Martinhal Lisbon Chiado catalogado como “el primer hotel urbano para familias en el mundo”. Con habitaciones con todos los detalles para niños y bebés, y también apartamentos magníficamente decorados para una estancia inolvidable, este alojamiento dispone de un Club Infantil gratuito, espacios de juegos para que padres e hijos disfruten juntos, servicio de cuidadora y un Bar Family con rincón infantil supervisado para que, como señalan en su carta de presentación, los mayores puedan disfrutar del café “sin que se les enfríe”.

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