Especial Tenerife

Tenerife es la mayor de las siete islas del archipiélago canario, con una superficie de 2.057 kilómetros cuadrados. Situada a 1.300 kilómetros del sur de la península y a tan sólo 300 de la costa africana, la isla disfruta de un clima primaveral constante.Una isla exótica que mantiene vivas las tradiciones y cuya historia se muestra en los bellos cascos históricos de localidades como La Orotava, Garachico o San Cristóbal de La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La Corriente Fría de Canarias y los vientos alisios posibilitan que sus temperaturas se mantengan e

La Corriente Fría de Canarias y los vientos alisios posibilitan que sus temperaturas se mantengan en torno a los 20 grados centígrados, lo que la convierte en un destino perfecto durante todo el año.

Tenerife

La Corriente Fría de Canarias y los vientos alisios posibilitan que sus temperaturas se mantengan en torno a los 20 grados centígrados, lo que la convierte en un destino perfecto durante todo el año a poco más de dos horas de avión del resto de España.

Explorar la isla permite descubrir paisajes muy diferentes en una distancia de pocos kilómetros: bosques de aspecto selvático, coladas volcánicas y malpaíses, playas de arenas doradas, cultivos tropicales, vegetación de alta montaña y otro tanto de escenarios que convierten a Tenerife en un territorio de múltiples matices, colores y sensaciones. La orografía y las especiales condiciones climatológicas de la isla favorecen los diferentes microclimas que existen en su territorio y que proporcionan imágenes tan curiosas como observar el Pico del Teide nevado mientras se está nadando en las playas de Puerto de la Cruz.

Una isla exótica que mantiene vivas las tradiciones y cuya historia se muestra en los bellos cascos históricos de localidades como La Orotava, Garachico o San Cristóbal de La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus museos además acercan al visitante al arte tinerfeño, a la vida rural, a la tradición vinícola y a los guanches, los pobladores prehispánicos de la isla cuyos orígenes y leyendas, como algunos de los parajes insulares, aún levantan un halo misterioso sobre ellos.

Ingleses, genoveses, andaluces, portugueses y castellanos han ido dejando su huella en la isla a lo largo de la historia debido a que la situación estratégica de Tenerife entre Europa, África y América la convirtió durante largo tiempo en escala habitual en las navegaciones comerciales transoceánicas. Además, las migraciones ocurridas en las diferentes crisis económicas que llevaron a los canarios a países como Cuba o Venezuela han reforzado esta fusión de culturas, mestizaje y patrimonio cultural que caracterizan a la tierra tinerfeña.

Las excelentes comunicaciones de la isla, con una moderna red de carreteras y dos autopistas que conectan las zonas Norte y Sur, invitan a conocer cada uno de los bellos rincones que salpican su territorio y que se muestran quizás al doblar una curva, desde lo alto de un mirador o escondidos tras las paredes basálticas de un macizo. Del mismo modo, existen numerosas rutas y senderos que discurren por la mayoría de los espacios protegidos que cubren casi la mitad de la extensión de Tenerife y en los cuales vive y crece un notable número de especies endémicas.

La mejor oferta de alojamiento

Isla amable, de gentes desenfadadas y hospitalarias, cuenta con la mejor oferta de alojamiento para cada presupuesto. Desde hoteles de lujo hasta casas rurales, apartamentos, resorts pensados para disfrutar en familia...

El 67,5 por ciento de las plazas hoteleras son de cuatro y cinco estrellas, lo que se traduce en más de 49.228 plazas hoteleras con los mejores servicios y detalles.

Un amplio abanico de posibilidades que se complementa con múltiples atracciones y propuestas para el disfrute tanto de padres como de hijos, una completa y variada oferta cultural, numerosos comercios donde encontrar productos de gran calidad y excelentes restaurantes donde acabar el día disfrutando de los sabores únicos de la cocina tradicional o las nuevas creaciones de los mejores chefs.

El merecido descanso y relax

La oferta de tratamientos de salud y bienestar es muy destacada en la isla, donde se puede disfrutar de los más exquisitos servicios: baños de leche, aromaterapias, masajes asiáticos o envolturas de algas, chocolate y arenas volcánicas.

Las suaves condiciones climatológicas de las que disfruta Tenerife hace posible que sus playas y espacios naturales inviten a salir, pasear, nadar y realizar numerosos deportes. Pero existen también otras formas de cuidarse dentro de las instalaciones de los selectos centros de talasoterapia y spas que se abren al público en toda la isla. En la actualidad, la oferta en tratamientos de salud, belleza y bienestar es muy destacada y los hoteles de categoría superior ofrecen los más variados y exquisitos servicios: baños de leche, aromaterapias, masajes tradicionales asiáticos o envolturas de algas, chocolate y arenas volcánicas. Este tipo de sustrato es muy beneficioso para la piel y es un fantástico exfoliante. Acompañado normalmente de aceites esenciales, es quizás el tratamiento más apropiado en una isla de volcanes como Tenerife.

Existe más de una docena de centros dedicados al bienestar y la salud repartidos por los principales centros turísticos. El pionero en el norte es el Club Spa La Quinta Park, con más de una década de experiencia a sus espaldas y localizado en Santa Úrsula (www.spa-clublaquintapark.com) También en el norte, concretamente en Puerto de la Cruz, se encuentra The Oriental Spa Garden (www.orientalspagarden.com). Localizado dentro de las instalaciones del Hotel Botánico, sus 2.500 metros cuadrados son un auténtico oasis de paz y relax de inspiración oriental. Sus propuestas exóticas, como disfrutar de un baño indonesio con aceites aromáticos y masaje en la cabeza, son exclusivos para los clientes del hotel. El otro centro ubicado en el norte es el Centro de Medicina Natural Océano (www.oceano.de), en Punta Hidalgo, donde el visitante puede relajarse con un masaje shiatsu en un entorno apartado de los circuitos turísticos.

El sur concentra la mayoría de los establecimientos de spa dentro de las instalaciones de sus hoteles y resorts de lujo. Es el caso del Mare Nostrum Resort Spa (www.expogrupo.com), uno de los más prestigiosos centros de talasoterapia de Europa. Ubicado en Las Américas, en el complejo hotelero homónimo, el recinto alberga un completo circuito termal. En el mismo núcleo turístico se encuentran el Spa Hotel Europe Villa Cortés (www.europe-hotels.org), el Talasso H10 Conquistador (www.h10.es) y el Natural Thalasso Wellness Spa (www.spa-natural.info), con tratamientos como la zenterapia de respiración profunda o las envolturas de extractos de caviar.

En la Costa Adeje se localiza Aqua Club Termal (www.aquaclubtermal.com), con la piscina dinámica más grande de Europa. En Spa Eutonos, integrado en el Sheraton La Caleta Resort (www. sheraton.com/lacaleta), destaca su "Experiencia frutal de Tenerife", un masaje exfoliante a base de miel, almendras, menta, papaya y aguacate.

Por su parte, en el Spa Atlantis (www.golfplazaresort.com) tel: 922 737 000, ubicado junto al Golf del Sur, se puede disfrutar del Ayurvédico, un masaje hindú con hierbas calientes. Una completa oferta que continúa en los establecimientos Vitanova Spa Wellness (www.vitanovatenerife.com), en el Hotel Tacande, en el Aequor Spa del Hotel Jardines de Nivaria (www.nivaria.es) y en el centro de salud y belleza Riu Palace Body Love (www.riu.com), donde ofrecen un tratamiento de sincronía tibetana-abhyanga.

Una alternativa original para contribuir al bienestar de mente y cuerpo es hacerlo en un entorno natural de montaña como el hotel Spa Villalba, situado en Vilaflor, a 1.600 metros de altitud, y rodeado por los pinares que conforman el Parque Natural de la Corona Forestal.

Mucho más que las papas

La gastronomía tinerfeña refleja las distintas influencias que ha experimentado la isla durante su historia. Hoy estos sabores se complementan con los nuevos de una cocina creativa que fusiona con acierto tradición y modernidad.

La gastronomía tinerfeña tiene sabores únicos. Unos reflejan el devenir del archipiélago durante su historia, con influencias castellanas, inglesas, genovesas y guanches. Son estos platos sencillos elaborados con productos de la tierra y del mar, como las papas, los tomates o los pescados de roca. Otros son sabores nuevos que se fusionan con la tradición en espectaculares combinaciones. Tenerife cuenta con numerosos restaurantes exclusivos donde chefs de la categoría de Martín Berasategui aportan su creatividad en una nueva cocina que no deja indiferente.

Cuando se almuerza en un restaurante de cocina tradicional tinerfeña, entre los primeros platos la verdura suele ser la protagonista. Sabrosos son los potajes, como el de coles, las sopas verdes, con huevo, papas y perejil; o los contundentes pucheros canarios, con zanahoria, calabaza, batata, maíz, habichuelas, garbanzos y carne de cerdo y de vaca. En los segundos aparece la popular carne de fiesta (lomo adobado y frito con patatas fritas), el conejo en salmorejo, el cabrito en salsa y las morcillas dulces, con batata, azúcar, almendras y pasas. A menudo, éstas y otras especialidades se acompañan con los famosos mojo picón y mojo verde, de pimentón y cilantro respectivamente.

Como en cualquier otra isla, en Tenerife predominan los productos del mar en la carta. El más sabroso y emblemático es la vieja, pescado de roca de color rojo y carne blanca que suele prepararse guisado y acompañado de papas. El bocinegro, la sama, el chicharro, el abadejo, la morena y el cherne, de sabor parecido a la dorada, también son frecuentes en los restaurantes. Sin olvidar el pulpo guisado y los mariscos frescos del Atlántico.

Dentro de los dulces, destacan los huevos mole elaborados a partir de yemas y almíbar, el frangollo, los rosquetes de La Laguna y la leche asada con miel de palma. Y, por supuesto, los quesos de cabra, más suaves cuando se mezclan con leche de oveja o se acompañan de miel de palma. Si se ahuman, adquieren un particular regusto picante.

GOFIO

De los pobladores prehispánicos quedó el gofio, una harina de cereales tostados que se añade a los guisos o bien se toma con leche. Cuando se hierve, se denomina escaldón de gofio y se toma como acompañamiento o como postre bañado en miel. Hasta ya bien entrado el siglo XX, el gofio era el alimento por excelencia de las economías menos pudientes.

VINOS

La tradición vinícola de Tenerife alcanza fama universal a partir del siglo XVI, siendo alabada por figuras como Shakespeare, Walter Scott o Góngora. Once millones de litros se enviaron a Europa y América en los siglos XVII y XVIII, más del doble de lo que hoy se embotella en la isla. Hoy, aquella malvasía que encandiló a Europa sólo se encuentra en pocos lugares, como algunas bodegas de Taganana. La comarca de Tacoronte- Acentejo es un importante centro de la actividad vitícola, junto a las otras cuatro denominaciones de origen de la isla: Valle de Güímar, Valle de la Orotava, Abona e Ycoden-Daute-Isora. Una visita a la casa del Vino, en El Sauzal, acercará al visitante a su historia y sus aromas.

Animación cargada de simpatía

Un viaje a Tenerife en cualquier época del año proporciona la posibilidad de disfrutar de alguna celebración. Durante los meses de primavera y verano se suceden numerosas romerías y bailes de magos por toda la isla.

Encontrarse por casualidad con un pueblo engalanado con flores o una romería saliendo hacia la ermita puede ser una excelente oportunidad para conocer el folclore y las tradiciones tinerfeñas. La lucha canaria, el arrastre de bueyes, el enrame en ermitas y las danzas populares son elementos festivos que sorprenderán al visitante.

LAS ALFOMBRAS DE LA OROTAVA

Constituyen una de las manifestaciones artísticas más representativas de las fiestas. En el mes de junio, la villa de La Orotava celebra la Octava del Corpus Christi confeccionando bellos tapices de alfombras de flores y arenas volcánicas que habrán de cubrir las calles por donde pasará la solemne procesión en honor a San Isidro Labrador. La alfombra más espectacular se realiza en la plaza del Ayuntamiento y se elabora con arenas volcánicas de distintas tonalidades procedentes del Parque Nacional del Teide y flores. Este laborioso tríptico de escenas bíblicas abarca casi mil metros cuadrados y cubre prácticamente por completo el espacio de la plaza.

ROMERÍA DE SAN ROQUE, EN GARACHICO

Declarada de Interés Turístico Nacional, esta fiesta se celebra el 16 de agosto de cada año y es una de las más populares de la isla. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando una epidemia de peste golpeó al puerto de Garachico y comenzó a extenderse a otros municipios. La imagen es sacada en procesión desde su ermita hasta la iglesia de Santa Ana. Después de la función religio- sa, se hace el camino inverso acompañados ahora de carretas, rebaños de animales, rondallas, parrandas y la imagen de los barcos que se unen a la procesión a su paso por el litoral del pueblo.

FIESTAS EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN

Casi todos los municipios costeros de la isla celebran el 16 de julio la festividad en honor a la patrona de los pescadores, la Virgen del Carmen. Sobresalen las romerías marítimas de Puerto de La Cruz, Los Realejos y Santiago del Teide, donde destacan los espectáculos pirotécnicos, las charangas de los músicos y la salve marinera.

FIESTA DE SAN ANDRÉS EN ICOD DE LOS VINOS

Se celebran el 29 y 30 de noviembre y dan paso a la apertura de las bodegas con las catas del vino nuevo. En esos días "se corren las tablas", las calles de Icod de Los Vinos se llenan de jóvenes intrépidos que, en medio de una gran algarabía, descienden a toda velocidad por las empinadas calles subidos sobre tablas de Tea engrasadas.

Entornos cargados de diversidad

La isla de Tenerife acoge una variedad natural poco corriente para su reducida superficie de 2.057 kilómetros cuadrados. La cercanía a los trópicos y la accidentada orografía han favorecido, entre otros factores, esta gran diversidad de microclimas.

La variedad natural de la Isla posibilita pasear entre una vegetación exuberante heredera de la flora del Terciario, disfrutar del olor de la jara y los bosques de pino, discurrir entre montes cuajados de brezo, acebiños y fayas, observar tabaibas y cardones a pie de carretera o realizar rutas por tierras volcánicas donde la vida se ha abierto camino tras la destrucción de lavas pretéritas. Subir desde La Orotava hasta el Parque Nacional del Teide es una de las mejores formas de descubrir muchos de estos diferentes paisajes a través de un recorrido que va mudando de color y ánimo a medida que se sube en altitud.

Entre las 1.400 especies botánicas existentes en Tenerife destacan los 140 endemismos que han convertido a la isla en la mayor poseedora de ejemplares únicos de todo el archipiélago de la Macaronesia, una de las regiones biológicas más importantes del mundo por su flora y fauna. También son numerosas las especies endémicas de invertebrados, reptiles, mamíferos y aves que pueblan los diferentes ecosistemas insulares donde crece tan destacada flora. No es de extrañar, por tanto, que casi el 48 por ciento de su territorio esté sujeto a diversas fórmulas de protección a través de un total de 42 espacios naturales, entre los que sobresale, por su relevancia y belleza, el Parque Nacional del Teide.

Bosques, médanos, barrancos, valles, acantilados y ramblas se ofrecen al visitante amante de la naturaleza a través de numerosas rutas que abarcan todos los niveles de dificultad. Estos recorridos descubren a cada paso rincones únicos y paisajes espectaculares que convierten el paseo en una sorpresa constante. Los helechos y los laureles, por ejemplo, aparecen entre la frondosidad propia de los bosques prehistóricos de la laurisilva del Parque Rural de Anaga, uno de los territorios más bellos de la isla.

Panorámicas impresionantes

En el otro extremo, los acantilados y barrancos del Parque Rural de Teno exhiben panorámicas impresionantes donde los caseríos tradicionales asoman ajenos al paso del tiempo. Y en el centro de la isla, la desolación de las tierras del Parque Nacional del Teide se antoja imposible después de transitar por el tupido anillo de pino canario que lo rodea y que conforma el espacio protegido del Parque Natural de la Corona Forestal.

Pero el esplendor natural de Tenerife no se descubre sólo en tierra firme. Su carácter volcánico ha enriquecido unos espectaculares fondos marinos donde viven más de 500 especies subacuáticas. Los meros, morenas, rayas, barracudas y atunes son algunos de los ejemplares que pueden admirarse en los numerosos puntos de inmersión con los que cuenta la isla. Aunque, sin duda, el mayor protagonismo se lo llevan las cerca de 250 ballenas piloto y la colonia de delfines mulares que viven en sus aguas y a las que es muy fácil avistar en cualquier época del año.

Tenerife ofrece una amplia red de alojamientos rurales donde disfrutar del descanso en entornos singulares. Casas solariegas restauradas con todo el sabor de la arquitectura canaria o pequeños hoteles con encanto situados en medio de pinares o plataneras son sólo un ejemplo de lo que se puede encontrar en la isla.

Parque Nacional del Teide

Es impensable disfrutar de unas vacaciones en Tenerife e irse sin conocer el increíble paisaje de las cañadas del Teide, uno de los monumentos geológicos más espectaculares del mundo.

Más de 18.900 hectáreas de conos volcánicos, malpaíses, roques, cenizas y retorcidas coladas de lava le otorgan su particular aspecto árido y sobrecogedor. En este entorno de aspecto inerte crece, sin embargo, una flora rica en endemismos que se ha adaptado a las particularidades del suelo volcánico y de la alta montaña. Los ejemplares florísticos más destacados son el tajinaste rojo, el rosal del guanche, la retama y la violeta del Teide, que muestran sus intensos colores sobre todo durante la primavera. Su extraordinario paisaje es un monumento geológico de los más espectaculares del mundo, que se despliega bajo la atenta mirada del gran volcán, el "Echeyde" de los guanches. Las huellas del origen volcánico de la isla proporcionan al visitante una panorámica que parece sacada de otro planeta.

Una serie de rutas de senderismo recorren los parajes más soberbios del Parque Nacional, como la Cañada del Capricho, Pico Viejo o Siete Cañadas, aunque desde el coche se puede disfrutar de escenarios tan bellos como el del Valle de Ucanca. Pero la panorámica más excepcional se consigue desde lo alto del cráter, a donde se llega con el teleférico. Para alcanzar el último tramo de la cumbre más alta del país (3.718 metros) es necesario solicitar permiso en la Oficina del Parque en Santa Cruz (922 290 129).

El Centro de Visitantes El Portillo ofrece, además, la posibilidad de adentrarse de una forma didáctica en el mundo de la vulcanología y la historia natural del Parque a través de una exposición interactiva y una proyección audiovisual. También las rutas guiadas gratuitas que parten de este centro y del de Cañada Blanca permiten conocer la geología, flora y fauna del entorno. Otra experiencia única es llegar al parque por la noche y observar un cielo plagado de estrellas sin contaminación lumínica.

Por la isla de las maravillas

EL DRAGO MILENARIO

Situado en el casco urbano de Icod de los Vinos, es el drago más popular de la isla y, probablemente, de todo el archipiélago. Aunque le llaman milenario, se calcula que tiene entre 600 y 800 años de antigüedad. El perímetro de su base es de 12 metros mientras que su altura alcanza los 14 metros. Aparte de este arbusto longevo, la localidad tiene otros atractivos como la plaza de la Pila, la iglesia de San Marcos o la fachada del antiguo convento del mismo nombre.

LORO PARQUE

Sus instalaciones no sólo acogen la importante colección de loros y papagayos que le hiciera célebre en sus inicios, sino que se han ido ampliando a lo largo de los años hasta incluir, por ejemplo, el mayor pingüinario del mundo, con más de 200 ejemplares procedentes del Polo Sur y otras latitudes. Recientemente ha incorporado un impactante espectáculo de orcas, traídas desde Sea World, en Orlando, que junto con los shows de delfines y leones marinos resultan atracciones más que divertidas para todas las edades. Tigres, gorilas, caimanes, pelícanos, jaguares, flamencos, tiburones y otras especies animales y vegetales completan este gran parque temático, todo un ejemplo de respeto al mundo animal y conservacionismo.

AUDITORIO DE TENERIFE

De líneas redondeadas e imponente estampa, este espacio único levantado junto al mar se ha convertido en un símbolo más de Santa Cruz de Tenerife. Su diseñador, Santiago Calatrava, lo concibió como una gigantesca escultura donde poder disfrutar de todas las artes, incluidos espectáculos de danza y exposiciones. Es la sede permanente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y su programación incluye ciclos, entre otros, de música clásica, antigua y barroca; ópera y jazz.

LA BASÍLICA DE CANDELARIA

Es el mayor lugar de peregrinación de todo el archipiélago canario. Todos los 15 y 16 de agosto la plaza donde se levanta el templo dedicado a la patrona del Archipiélago rebosa de gente llegada de todas las islas. La tradición cuenta que a finales del siglo XIV los guanches encontraron la imagen de la Virgen de Candelaria en las playas de Chimisay. Permaneció en la cueva del mencey de Güímar hasta que se trasladó a la que hoy se conoce como San Blas. Un aluvión acaecido en 1826 se llevó consigo la talla al mismo tiempo que arrasaba el templo dedicado a ella. La Basílica de Candelaria, de estilo regionalista, es por tanto de mediados del siglo XX, mientras que la imagen fue tallada de nuevo un año después de su desaparición. En la plaza destacan las imponentes esculturas de nueve menceyes, obra de José Abad.

LA RAMBLA DE CASTRO

Situada en el municipio de Los Realejos, es una de las excursiones más bonitas de la isla, debido al frescor que proporcionan las palmeras que en ella crecen y el agua que surge de sus fuentes. Sobre un altozano desde donde se contempla toda la extensión de este mayorazgo catalogado como Paisaje Protegido, se eleva la ermita dedicada a San Pedro. Abajo, aparece la bella Hacienda de Castro y en uno de sus extremos, el Fortín de San Fernando, construido a finales del siglo XVIII. Sin duda, el visitante disfrutará de sus senderos y de las vistas sobre el océano.

CASERÍO DE MASCA

Este pintoresco caserío, declarado Recinto Etnográfico y Arquitectónico, es una de las mejores muestras de la arquitectura tradicional de Canarias. La belleza del entorno es espectacular, ya que se encuentra entre los barrancos de Masca y de Madre del Agua, en el interior del Parque Rural de Teno. Si se accede por la carretera que parte de Santiago del Teide, se llega al mirador de Cherfe, desde donde se observa una excepcional panorámica de la zona. Desde el caserío parte un sendero de cinco kilómetros que llega hasta la cala de Masca, el lugar perfecto donde refrescarse después de cuatro horas de descenso. Desde allí, varias embarcaciones conducen a los senderistas al núcleo turístico de Los Gigantes.

BALLENAS Y DELFINES

Las aguas comprendidas entre Punta de Teno, Punta de Rasca y La Gomera son el hogar de una de las colonias permanentes de calderones tropicales o ballenas piloto del mundo, con unos 360 ejemplares. Verlos es muy fácil ya que acostumbran a acercarse a escasos metros de los barcos. El avistamiento de delfines mulares dependerá algo más de la suerte, ya que su población es de unos 120 ejemplares residentes en la zona. Diariamente zarpan excursiones desde Los Gigantes, Puerto Colón y Los Cristianos, todos en el sur, y casi todas incluyen un chapuzón en una cala.

PARQUE RURAL DE ANAGA

En el nordeste de Tenerife, a pocos kilómetros de Anaga y de San Cristóbal de La Laguna, se encuentra el Parque Rural de Anaga. Es uno de los espacios más antiguos y bellos de la isla y los amantes de la naturaleza disfrutarán con sus paisajes agrestes y sus bosques frondosos donde los helechos alfombran un suelo apenas visible. Este espacio único da cobijo a la laurisilva, una formación boscosa que cubriera hace miles de años la cuenca mediterránea y que sólo se conserva en algunos puntos de la Macaronesia, región que engloba a Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde. Los laureles, viñátigos, tejos y fayales dan cobijo a varios animales en peligro de extinción, como la paloma turqué. Hay numerosos senderos por el macizo y áreas recreativas en las que descansar después del paseo.

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

San Cristóbal de La Laguna, declarada Bien Natural y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, posee un casco histórico de gran belleza. Sus calles, plagadas de monumentos y edificios históricos, se planificaron entre los siglos XV y XVI siguiendo un nuevo modelo urbanístico de ciudad: sin fortificaciones, concebida para la paz y con un trazado cuadriculado que se llevaría poco después a las urbes americanas. Su ambiente universitario es notable y son famosas sus tascas y su vida nocturna.

MUSEO CASA DEL VINO

En una antigua hacienda canaria del siglo XVII situada en El Sauzal, al norte de la isla, se encuentra el Museo Insular de la Vid y el Vino de Tenerife. En su sala de degustación se pueden catar las cinco denominaciones de origen de la isla: Valle de Güímar, Valle de la Orotava, Abona, Ycoden-Daute-Isora y Tacoronte-Acentejo, esta última, la de mayor producción. El recinto cuenta con una tienda, un restaurante y una tasca cuya terraza es un fantástico balcón sobre la zona.

ACANTILADOS DE LOS GIGANTES

Es uno de los paisajes más espectaculares del archipiélago canario. Sus paredes basálticas tienen una altura media de 450 metros, llegando a alcanzar en algunos puntos los 600 metros. Aunque se divisan desde la Punta de Teno, sin duda la mejor panorámica se obtiene en el puerto del núcleo turístico de Los Gigantes. Sus fondos marinos lo convierten además en uno de los principales puntos de inmersión de la isla.

Diversión completa y diferente

EL DRAGO MILENARIO

Situado en el casco urbano de Icod de los Vinos, es el drago más popular de la isla y, probablemente, de todo el archipiélago. Aunque le llaman milenario, se calcula que tiene entre 600 y 800 años de antigüedad. El perímetro de su base es de 12 metros mientras que su altura alcanza los 14 metros. Aparte de este arbusto longevo, la localidad tiene otros atractivos como la plaza de la Pila, la iglesia de San Marcos o la fachada del antiguo convento del mismo nombre.

LORO PARQUE

Sus instalaciones no sólo acogen la importante colección de loros y papagayos que le hiciera célebre en sus inicios, sino que se han ido ampliando a lo largo de los años hasta incluir, por ejemplo, el mayor pingüinario del mundo, con más de 200 ejemplares procedentes del Polo Sur y otras latitudes. Recientemente ha incorporado un impactante espectáculo de orcas, traídas desde Sea World, en Orlando, que junto con los shows de delfines y leones marinos resultan atracciones más que divertidas para todas las edades. Tigres, gorilas, caimanes, pelícanos, jaguares, flamencos, tiburones y otras especies animales y vegetales completan este gran parque temático, todo un ejemplo de respeto al mundo animal y conservacionismo.

AUDITORIO DE TENERIFE

De líneas redondeadas e imponente estampa, este espacio único levantado junto al mar se ha convertido en un símbolo más de Santa Cruz de Tenerife. Su diseñador, Santiago Calatrava, lo concibió como una gigantesca escultura donde poder disfrutar de todas las artes, incluidos espectáculos de danza y exposiciones. Es la sede permanente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y su programación incluye ciclos, entre otros, de música clásica, antigua y barroca; ópera y jazz.

LA BASÍLICA DE CANDELARIA

Es el mayor lugar de peregrinación de todo el archipiélago canario. Todos los 15 y 16 de agosto la plaza donde se levanta el templo dedicado a la patrona del Archipiélago rebosa de gente llegada de todas las islas. La tradición cuenta que a finales del siglo XIV los guanches encontraron la imagen de la Virgen de Candelaria en las playas de Chimisay. Permaneció en la cueva del mencey de Güímar hasta que se trasladó a la que hoy se conoce como San Blas. Un aluvión acaecido en 1826 se llevó consigo la talla al mismo tiempo que arrasaba el templo dedicado a ella. La Basílica de Candelaria, de estilo regionalista, es por tanto de mediados del siglo XX, mientras que la imagen fue tallada de nuevo un año después de su desaparición. En la plaza destacan las imponentes esculturas de nueve menceyes, obra de José Abad. LA

RAMBLA DE CASTRO

Situada en el municipio de Los Realejos, es una de las excursiones más bonitas de la isla, debido al frescor que proporcionan las palmeras que en ella crecen y el agua que surge de sus fuentes. Sobre un altozano desde donde se contempla toda la extensión de este mayorazgo catalogado como Paisaje Protegido, se eleva la ermita dedicada a San Pedro. Abajo, aparece la bella Hacienda de Castro y en uno de sus extremos, el Fortín de San Fernando, construido a finales del siglo XVIII. Sin duda, el visitante disfrutará de sus senderos y de las vistas sobre el océano.

CASERÍO DE MASCA

Este pintoresco caserío, declarado Recinto Etnográfico y Arquitectónico, es una de las mejores muestras de la arquitectura tradicional de Canarias. La belleza del entorno es espectacular, ya que se encuentra entre los barrancos de Masca y de Madre del Agua, en el interior del Parque Rural de Teno. Si se accede por la carretera que parte de Santiago del Teide, se llega al mirador de Cherfe, desde donde se observa una excepcional panorámica de la zona. Desde el caserío parte un sendero de cinco kilómetros que llega hasta la cala de Masca, el lugar perfecto donde refrescarse después de cuatro horas de descenso. Desde allí, varias embarcaciones conducen a los senderistas al núcleo turístico de Los Gigantes.

BALLENAS Y DELFINES

Las aguas comprendidas entre Punta de Teno, Punta de Rasca y La Gomera son el hogar de una de las colonias permanentes de calderones tropicales o ballenas piloto del mundo, con unos 360 ejemplares. Verlos es muy fácil ya que acostumbran a acercarse a escasos metros de los barcos. El avistamiento de delfines mulares dependerá algo más de la suerte, ya que su población es de unos 120 ejemplares residentes en la zona. Diariamente zarpan excursiones desde Los Gigantes, Puerto Colón y Los Cristianos, todos en el sur, y casi todas incluyen un chapuzón en una cala.

PARQUE RURAL DE ANAGA

En el nordeste de Tenerife, a pocos kilómetros de Anaga y de San Cristóbal de La Laguna, se encuentra el Parque Rural de Anaga. Es uno de los espacios más antiguos y bellos de la isla y los amantes de la naturaleza disfrutarán con sus paisajes agrestes y sus bosques frondosos donde los helechos alfombran un suelo apenas visible. Este espacio único da cobijo a la laurisilva, una formación boscosa que cubriera hace miles de años la cuenca mediterránea y que sólo se conserva en algunos puntos de la Macaronesia, región que engloba a Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde. Los laureles, viñátigos, tejos y fayales dan cobijo a varios animales en peligro de extinción, como la paloma turqué. Hay numerosos senderos por el macizo y áreas recreativas en las que descansar después del paseo.

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

San Cristóbal de La Laguna, declarada Bien Natural y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, posee un casco histórico de gran belleza. Sus calles, plagadas de monumentos y edificios históricos, se planificaron entre los siglos XV y XVI siguiendo un nuevo modelo urbanístico de ciudad: sin fortificaciones, concebida para la paz y con un trazado cuadriculado que se llevaría poco después a las urbes americanas. Su ambiente universitario es notable y son famosas sus tascas y su vida nocturna.

MUSEO CASA DEL VINO

En una antigua hacienda canaria del siglo XVII situada en El Sauzal, al norte de la isla, se encuentra el Museo Insular de la Vid y el Vino de Tenerife. En su sala de degustación se pueden catar las cinco denominaciones de origen de la isla: Valle de Güímar, Valle de la Orotava, Abona, Ycoden-Daute-Isora y Tacoronte-Acentejo, esta última, la de mayor producción. El recinto cuenta con una tienda, un restaurante y una tasca cuya terraza es un fantástico balcón sobre la zona.

ACANTILADOS DE LOS GIGANTES

Es uno de los paisajes más espectaculares del archipiélago canario. Sus paredes basálticas tienen una altura media de 450 metros, llegando a alcanzar en algunos puntos los 600 metros. Aunque se divisan desde la Punta de Teno, sin duda la mejor panorámica se obtiene en el puerto del núcleo turístico de Los Gigantes. Sus fondos marinos lo convierten además en uno de los principales puntos de inmersión de la isla.

Mar y montaña para activarse

El visitante activo tiene en la isla una amplia oferta de deportes de aventura, desde submarinismo por fondos de gran belleza hasta senderismo, escalada y todas las modalidades del surf.

Las características geográficas y climáticas de Tenerife convierten a la isla en un territorio idóneo para la práctica de deportes de aventura y ecoturismo. En sus 2.057 kilómetros cuadrados de superficie hay escenarios para el senderismo, el descenso de barrancos, el parapente, el ciclismo, la escalada y la hípica, además de toda una costa donde divertirse practicando la vela, el buceo, el surf y el windsurf. En definitiva, una amplia oferta que se reparte en todas las áreas y que permite disfrutar en mayor medida de las particularidades paisajísticas de cada una de ellas y de unas vacaciones originales marcadas por la acción y la aventura.

SENDERISMO

En tierra firme, el rey de todas las actividades posibles es el senderismo, ya que existen más de cincuenta rutas localizadas tan sólo en el norte de la isla y en el Parque Nacional del Teide. Algunos de los recorridos se internan por los bosques de laurisilva de Anaga, como es el caso de Las Vueltas, mientras otros siguen el trayecto de antiguas coladas lávicas como la que une La Montañeta con el área recreativa Arenas Negras. Los hay sencillos como el del Barranco del Infierno, en Adeje, mientras de cierta dificultad son, por ejemplo, los senderos que unen Punta del Hidalgo con el caserío de Chinamada o la hermosa bajada a la cala de Masca desde el caserío homónimo. Para los amantes de la mountain bike, en la isla abundan carreteras y pistas rurales que atraviesan paisajes de gran belleza.

DEPORTES DE AVENTURA

A pesar de que la isla de Tenerife cuenta con gran número de barrancos y paredes, muchos de ellos se encuentran protegidos y tienen restringido el acceso en mayor o menor medida y según para qué tipo de actividades. Algunos de los descensos de barrancos más destacados son el de Carrizales, situado en Teno y de dificultad alta, y los del Infierno, en Adeje, y del Río, en Arico. En cuanto a la escalada, existen más de cien vías en la cañada de Los Caprichos, situada en el Parque Nacional del Teide. El parapente y la espeleología son otras de las actividades relacionadas con la montaña que se pueden practicar perfectamente en la isla.

SURF Y WINDSURF

El régimen de vientos alisios que soplan de forma constante en Tenerife durante casi todo el año convierten a la isla en uno de los destinos favoritos para los amantes del windsurf y sus variantes. El litoral sureste es el más afectado por los vientos, siendo la costa de El Médano, en el municipio de Granadilla de Abona, uno de los enclaves más destacados del mundo para los windsurfistas. Playa Grande es la más recomendada para los aprendices, mientras las de La Jaquita y El Cabezo, que ha acogido importantes campeonatos internacionales, son las apropiadas para aquellos que se manejan con soltura sobre las olas. Por su parte, la práctica del surf es aún más accesible y puede practicarse en numerosas playas y calas. Destacan las de Almáciga y Benijos, en la costa del macizo de Anaga, Playa Jardín (Puerto de la Cruz), Fitenia (Las Américas) El Socorro, esta última situada en el municipio de Los Realejos y que durante los meses de verano acoge varios campeonatos de surf, longboard y buggies.

BUCEO

La isla cuenta con unos fondos marinos de gran belleza donde viven más de 500 especies como meros, medregales, atunes, rayas, barracudas y congrios de hasta dos metros de longitud. En los puertos de Los Cristianos, Puerto Colón Los Gigantes existen numerosos centros de buceo tanto para iniciación como para perfeccionamiento o inmersiones ya programadas. En total hay cerca de treinta puntos de inmersión localizados en toda la costa tinerfeña. Algunos de los más interesantes son Playa Paraíso, la Punta de la Rasca y Las Galletas, en el sur, y Garachico y Punta de Teno, en el norte.

Campos para todos los niveles

Tenerife se ha convertido en un gran destino para los aficionados al golf. El excelente clima de la isla, con temperaturas primaverales todo el año, la cercanía entre sus campos y las competitivas ofertas de Green Fees son un gran atractivo para los amantes de este deporte.

En total, en la isla existen ocho campos con características topográficas y paisajísticas diferentes entre sí y recorridos para todos los niveles, que han sido diseñados por profesionales de la talla de Pepe Gancedo, Donald Steel, Severiano Ballesteros o John Jacobs. La celebración de importantes torneos de la PGA es ya habitual en Tenerife, cuyo carácter volcánico queda patente en el trazado de sus calles, en muchos casos salpicadas de búnkers de arena negra, y en la vegetación autóctona que adorna los recorridos. Con campos de golf en el norte y el sur de la isla.

Seis de los campos de golf de la isla se encuentran en el sur, en los municipios de Adeje, Arona, San Miguel de Abona y Guía de Isora. La cercanía existente entre ellos favorece el que un jugador pueda visitar varios campos mientras dura su estancia en la isla, ampliando de ese modo la variedad en el juego. El último campo inaugurado en Tenerife es Abama Golf (www.abamahotelresort.com), que abrió sus puertas al público en la primavera de 2005. Diseñado por Dave Thomas, el recorrido está salpicado por 25.000 árboles, lagos y cascadas, además de tener al océano como fondo en varios de sus hoyos. También tiene al mar como protagonista Amarilla Golf (www.amarillagolf.es), cuyo hoyo 5 es una joya para los amantes de este deporte, ya que tiene al océano como calle.

Golf del Sur (www.golfdelsur.net), situado en San Miguel de Abona, destaca por ser un campo con amplia presencia dentro del circuito competitivo y por su trazado diseñado por Pepe Gancedo. También lleva su firma el Golf Costa Adeje (www.golfcostaadeje.com), donde las calles se adaptan perfectamente a las formas naturales del terreno y los muros de antiguas terrazas agrícolas han sido conservados para el recorrido. El Golf Las Américas (www.golf-tenerife.com) destaca sobre todo por estar protegido del viento y por los obstáculos de agua, mientras que el Centro de Golf Los Palos, un par 3 de nueve hoyos, (www.golflospalos.com) está especialmente pensado para los principiantes.

En el norte, y a tan sólo una hora de los centros turísticos del sur, se encuentra el segundo campo más antiguo del país, el Real Club de Golf Tenerife (www.realgolfdetenerife.com). Sus barrancos entran en juego en varios hoyos, siendo el 4 uno de los más difíciles debido a la precisión necesaria sobre todo en el segundo golpe a green. Por su parte, Buenavista Golf (www.buenavistagolf.es) invita al juego junto al océano de la mano de su diseñador, Severiano Ballesteros, quien ha colocado los hoyos 15 y 17 al borde del acantilado.

Tenerife combina la variedad y excelencia de sus campos con un excepcional plantel de hoteles y apartamentos que brindan atención especializada al golfista. Para facilitar la estancia y la práctica de este deporte, numerosos establecimientos alojativos ofrecen servicio de reserva de green fees, horarios de salida y traslado a los campos.

Finalmente, la visita a la Isla puede completarse con un relajante masaje o un buen baño de vapor en su amplia oferta de Spas, o disfrutando de la rica gastronomía tinerfeña en excelentes restaurantes.

La oferta de ocio más completa

DISFRUTAR EN FAMILIA

La isla cuenta con atracciones y ofertas de ocio para todas las edades. En muchas de sus playas se ofrecen divertidas propuestas acuáticas que se pueden disfrutar en familia y en la mayoría de los hoteles se organizan actividades para los más pequeños hasta el final de la tarde. Museos interactivos, parques acuáticos, zoológicos, complejos de piscinas y excursiones en barco para descubrir ballenas piloto y delfines son otras posibilidades para disfrutar de unas vacaciones en familia.

ESCAPADA PARA DOS

Un hotel con encanto al borde del mar y rodeado de plataneras, un jacuzzi para dos tras un masaje relajante en un spa, una puesta de sol en Los Gigantes o en la Isla Baja, una cena en un restaurante exclusivo, un concierto en el Auditorio de Tenerife o un baño solitario en la cala Montaña Pelada son algunos de los momentos que se pueden disfrutar en Tenerife si se viaja en pareja. Existen muchos rincones bellos por los que pasear tranquilamente olvidándose del reloj, como las calles de San Cristóbal de La Laguna o La Orotava, las plazas de Santa Cruz de Tenerife o el Jardín Botánico de Puerto de la Cruz. O el espectacular cielo que se descubre de noche en el Parque Nacional del Teide.

ACTIVIDAD Y ENERGÍA

Todo es posible en Tenerife para aquellos que buscan acción en sus vacaciones. Senderismo, escalada, parapente, descenso de barrancos, ciclismo, buceo, surf, windsurf y kite surf, vela, golf, hípica, espeleología... Por tierra, mar o aire se puede descubrir el lado más activo de la isla. Existen numerosas empresas que ofrecen sus servicios para quienes prefieran realizar salidas programadas guiadas por expertos, al igual que tiendas y talleres especializados donde adquirir o reparar los materiales necesarios para la práctica de estos deportes.

EN CONTACTO CON LA NATURALEZA

Tenerife cuenta con más de 4.000 kilómetros de senderos. Sólo en el norte existen más de 50 rutas señalizadas que discurren por sus parajes más emblemáticos. Existen recorridos para todos los niveles y preferencias. Algunas propuestas:

Las Vueltas de Taganana . Es posiblemente la ruta más bella de todo el macizo de Anaga.

La Ruta del Agua . Por el Paisaje Protegido de la Rambla de Castro, en Los Realejos.

Barranco de Masca . Recorrido de gran belleza de cuatro horas de duración.

Barranco del Infierno . Para todos los niveles y una de las mejores excursiones del sur.

Parque Nacional del Teide . Cualquier ruta merece la pena. Las de la Fortaleza y los Roques de García, entre las más sencillas.

PLAYAS Y OTRAS ZONAS DE BAÑO

Tenerife posee más de 350 kilómetros de costa salpicada de una gran variedad de lugares de baño. Las hay de arenas rubias, de arenas volcánicas, kilométricas, recoletas, familiares, para deportistas, escondidas, urbanas, nudistas... Además de las playas, a los tinerfeños les gusta frecuentar las piscinas naturales ubicadas entre rocas. Se sitúan sobre todo en el norte y las más bonitas son aquellas formadas entre coladas de lava, llamadas charcos. Destacan el Charco del Viento, en Santa Catalina, y El Caletón, en Garachico. Entre las piscinas naturales, destacan la de El Pris (Tacoronte) y la de Punta de Hidalgo. Sin olvidar los complejos de piscinas Lago Martiánez y Parque Marítimo César Manrique, diseñados por este artista y localizadas en Puerto de la Cruz y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente.

Las playas más destacadas

Playa de El Socorro , en Los Realejos. Un paraíso para los amantes del surf con los acantilados de Tigaiga de fondo.

Playa del Camisón , en Arona. Una amplia playa que cuenta con todos los servicios.

Playa de Las Teresitas , en Santa Cruz de Tenerife. Con arenas doradas traídas del Sáhara.

Playas de Las Vistas , en Arona. Cerca de un kilómetro de arena rubia y muchos servicios.

Playa de Los Cristianos , en Arona. Junto al puerto homónimo, es una de las más populares.

Playa de los Patos , en La Orotava. Nudista, al igual que las de La Tejita, Montaña Roja y Montaña Pelada, en Granadilla, y la de Las Gaviotas, en Santa Cruz.

Playa de San Marcos , en Icod de los Vinos. Preciosa playa de arena volcánica poco concurrida entre semana.

Playa de El Médano , en Granadilla de Abona. La mejor playa para practicar el windfurf y una de las más bonitas de la isla.

Playa Jardín , en Puerto de la Cruz. Arenas volcánicas en otro proyecto firmado por César Manrique.

Playa La Arena , Santiago del Teide. Ambiente familiar y tranquilo en esta bonita playa de arenas negras.

Playas de Costa Adeje , en Adeje. Arena dorada y completa oferta de servicios en las playas de Torviscas, Fañabé y El Duque.

Playa de la Arena , Mesa de Mar (Tacoronte) Espectacular la carretera que desciende hasta ella. Preciosa playa de arenas negras arropada por acantilados.

Diego Hernández , en Adeje. Un paraíso solitario de arenas finas al que se llega caminando después de un paseo de unos veinte minutos desde La Caleta de Adeje.

Experiencias mágicas y únicas

Debido a su régimen de vientos y a sus 28º de latitud, Tenerife es el lugar de Europa donde se ve un mayor número de cuerpos celestes. Este hermoso espectáculo nocturno se puede disfrutar por libre o aprovechando el conocimiento de guías que organizan excursiones en grupos.

SANGRE DE DRAGO

El drago no es sólo longevo. También es un arbusto de fábula. Cuenta la leyenda que cuando Atlas hirió de muerte a Ladón, el dragón que guardaba la entrada del Jardín de las Hespérides, la sangre que manó de él cayó en la tierra. De cada una de las gotas creció un drago, permitiendo de ese modo que el dragón milenario siguiera vivo a través de sus múltiples hijos. Los guanches los creyeron mágicos y utilizaban su savia roja y abundante en sus ritos esotéricos. Por su parte, los romanos la adquirían a precios elevados para utilizarla de base en muchos de sus refinados cosméticos.

LOS GUANCHES

La palabra guanche, de guan-chinec, significa "persona de Tenerife". Los pobladores prehispánicos de la isla vivían en cuevas, eran monoteístas, momificaban a los muertos, no conocían la navegación y durante el verano pastoreaban en las Cañadas del Teide. Al volcán lo llamaban Echeide y creían que en sus entrañas vivía el demonio Guayota. Su sociedad era jerárquica y estaba articulada a partir del mencey, rey elegido por un consejo de nobles. Pero aún se desconoce exactamente su origen, pudiendo estar relacionado con la tribu berebere de los zanata. De los guanches quedan aún en Tenerife importantes yacimientos arqueológicos, vocablos, leyendas y alimentos tan cotidianos como el gofio.

A CIELO ABIERTO

Debido a su régimen de vientos y a sus 28º de latitud, Tenerife es el lugar de Europa donde se ve un mayor número de cuerpos celestes. Este hermoso espectáculo nocturno se puede disfrutar por libre o aprovechando el conocimiento de guías expertos que organizan excursiones en grupos. Otra opción es visitar las instalaciones del Observatorio Astronómico del Teide, que acoge los telescopios solares más importantes del planeta. Situado a las afueras del Parque Nacional, es necesario concertar previamente una cita. Tel.: 922 605 200

COMER EN UN GUACHINCHE

Uno de los mejores sitios donde disfrutar de una buena comida casera es en el llamado guachinche. Estos establecimientos sin pretensiones tienen su origen en los tenderetes que montaban muchos agricultores y ganaderos que en determinadas fechas del año vendían de ese modo sus productos directamente al consumidor. Cualquier garaje era perfecto para vender vino, servir carnes a la brasa o despachar otros platos de la cocina tradicional canaria. Aunque todavía perduran quienes siguen haciéndolo a la antigua usanza, cada vez son más los que han optado por transformar el negocio en tabernas o restaurantes. Éste es el lugar ideal para practicar expresiones típicas de Tenerife y pedir "piña de millo" en vez de mazorca de maíz, "duraznos" de postre (melocotones) y, para finalizar, un café cortado "leche y leche", que lleva leche condensada añadida. Los guachinches son propios del norte de la Isla y la mayoría se localizan entre Icod de los Vinos y Tacoronte-Acentejo.

MAR DE NUBES

Cuando los vientos alisios del norte, fríos y secos, chocan contra las laderas existentes en la isla e inician su ascenso, aumenta su humedad relativa. Al llegar a los 1.500 metros de altitud, los alisios superiores, secos y ligeros, impiden el ascenso de los inferiores, que se condensan más y forman el mar de nubes, típico de la vertiente norte de Tenerife. Quienes suben a la cima del Teide, a 3.718 metros sobre el nivel del mar, pueden observar cómo unas horas después del amanecer comienza a formarse este manto de nubes que termina por desaparecer al comienzo de la tarde. Lo mismo sucede en el macizo de Anaga, cuyos bosques de laurisilva se benefician de la suave y constante lluvia horizontal que surge de estas nubes.

Unas vacaciones inolvidables

Con una importante concentración de hoteles y apartamentos de primer orden, muchos de ellos de gran lujo, y con el mayor número de horas de sol de toda la isla, la zona sur de Tenerife ofrece todo lo necesario para disfrutar de unas vacaciones inolvidables.

El sur de Tenerife se presenta como el escenario perfecto para salir de la rutina y olvidarse de todo. Con el mayor número de horas de sol de toda la isla, ofrece a los visitantes un amplio abanico de posibilidades: realizar excursiones por espacios naturales protegidos, disfrutar del sol y del mar, abandonarse al relax en una sesión de spa, jugar al golf, practicar deportes acuáticos, visitar alguno de sus parques de ocio o descubrir pueblos que aún permanecen ajenos al bullicio del turismo. Asimismo, concentra un importantísimo plantel de hoteles y apartamentos de primer orden, que incluye destacados establecimientos de lujo que sobresalen por su oferta de servicios exclusivos para toda la familia. Playa de los Cristianos, Playa de las Américas, Costa Adeje, Los Gigantes, Puerto Santiago, Las Galletas y El Médano son algunos de sus lugares clave

La cara más rural de este sur de olas y sol se encuentra entre Arico y Vilaflor. Cultivos de papas, tomates, viñedos y reductos de tuneras marcan un paisaje eminentemente agrícola donde sobreviven la arquitectura y los usos tradicionales. Aquí y allá aparecen estancias horadadas en la piedra pómez que antaño fueron viviendas y que hoy son almacenes o bodegas, hoteles rurales para quienes buscan silencio y pequeñas poblaciones llenas de encanto, como la villa de Arico, Arico Viejo, Arico Nuevo y Vilaflor. Situado a más de 1.400 metros sobre el nivel del mar y rodeado de pinares y almendros, este municipio es una de las puertas de entrada al Parque Nacional del Teide.

Mirando a la costa sureste aparecen las mayores playas de arena natural dorada de la isla. Se encuentran en El Médano, en el municipio de Granadilla de Abona, un antiguo núcleo pesquero que ahora ha cambiado las redes por las velas convirtiéndose en una importante sede de campeonatos internacionales de windsurf. De ambiente local, aunque con un buen número de residentes jóvenes y deportistas de todas las nacionalidades llegados en busca de las mejores condiciones para navegar, el paisaje de la playa de Leocadio Machado viene marcado por la presencia del bello cono volcánico de Montaña Roja, desde cuya cumbre se divisan unas maravillosas panorámicas del litoral de Arico, Granadilla y San Miguel de Abona.También son muy recomendables las playas de este último municipio para la práctica de deportes náuticos, además de añadirse la posibilidad de practicar golf en los dos clubes Golf del Sur y Amarilla Golf, que se encuentran a pocos minutos del aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía.

Abandonarse al descanso

Uno de los tramos turísticos más destacados de la isla es el situado en el litoral de los municipios de Adeje y Arona. Los complejos hoteleros, una amplia oferta de restaurantes y comercios, diversos parques temáticos y la garantía de un sol radiante y buenas temperaturas atrae durante todo el año a turistas tanto nacionales como extranjeros. Los cuerpos se abandonan al descanso en las tumbonas de playas tan populares como las de Fañabé, El Duque, Torviscas, Las Américas I y II, Las Vistas y Los Cristianos. Las tres primeras se encuentran dentro del área llamada Costa Adeje, cuya planta hotelera de cinco y cuatro estrellas es la más moderna de Europa y la más vip de la isla. Por su parte, Las Américas y Los Cristianos concentran también la mayoría de los servicios y ofrece todo para disfrutar: empresas náuticas y de buceo, excursiones marítimas para avistar ballenas, bares, calles comerciales y atracciones para toda la familia, como el parque Las Águilas. Aunque uno de los mayores atractivos para los amantes del golf son los tres campos situados en los términos municipales de Arona y Adeje: Centro de golf Los Palos, Golf Las Américas y Golf Costa Adeje. A éstos se ha unido recientemente Abama Golf, ya en el municipio de Guía de Isora e integrado en un gran resort que brilla por el lujo.

El senderismo y los deportes de aventura también tienen hueco dentro del municipio de Adeje, donde no todo es sol y playa. El barranco del Infierno, por ejemplo, es una de las excursiones más espectaculares del surde la isla, que destaca por su magnífica cascada de 500 metros de altitud, que cierra el recorrido. Otra opción, esta vez para los aficionados al parapente, es acercarse al caserío de Taucho, un excelente punto de despegue para quienes prefieren descubrir la isla a vista de pájaro. Dejando atrás este municipio y entrando en el de Guía de Isora, vuelven a la vista las plataneras y los pequeños pueblos pesqueros de Playa de San Juan y Alcalá, con bonitos rincones, charcos naturales y buenos locales donde tomar pescado. Desde aquí también se sube al Parque Nacional del Teide, atravesando cultivos de tomates y caseríos tradicionales como Chirche o Chío, desde cuyo mirador se observa la huella de la última erupción del Monte Teide, ocurrida en 1798. Otros miradores que aparecen en el camino permiten captar todo el encanto paisajístico de la zona sur de Tenerife.

La costa del municipio de Santiago del Teide acoge uno de los rincones más bellos de la isla: los acantilados de Teno o también llamados de Los Gigantes. Sus paredes basálticas tienen una altura media de 450 metros, alcanzando en algunos puntos los 600.

Un puerto muy animado

Cada día llegan hasta aquí y otros puntos de estas aguas las embarcaciones que ofrecen avistamientos de ballenas piloto y delfines mulares. Los barcos parten desde los puertos de Los Cristianos, Las Américas, Puerto Colón y Los Gigantes para avistar estos cetáceos y los delfines mulares, ya que a la vera de los acantilados ha crecido un bonito núcleo turístico frecuentado por muchos extranjeros. A la caída de la tarde, su pequeño puerto se llena de visitantes en busca de los últimos rayos de sol, ya que desde aquí se divisan los mejores atardeceres de la isla. La actividad pesquera de la zona se mantiene en el vecino pueblo de Puerto Santiago, sobre todo entre abril y noviembre, cuando es temporada del atún.

El interior del municipio de Santiago del Teide no es menos bello que su costa. La población que le da nombre, declarada de Interés Turístico Nacional, está rodeada de un hermoso paisaje de higueras, viñas y almendros. Subiendo hacia el macizo de Teno, el visitante descubre una tierra volcánica en la que aún se pueden ver las huellas de la erupción de 1909, la última que ocurrió en la isla. Los escasos núcleos poblacionales que existen en el municipio se dispersan entre los piroclastos y la lava que expulsara entonces el volcán Chinyero y que ahora dan alimento a los pinos que comienzan a crecer en este entorno protegido bajo la denominación de Reserva Natural Especial del Chinyero.

El sitio ideal para desconectar

Situadas en la vertiente nordeste de la isla, las localidades de Bajamar y Punta del Hidalgo, junto al parque rural de Anaga, en La Laguna, son un lugar perfecto para disfrutar del mar, bañarse en piscinas naturales y descubrir el macizo de Anaga.

Ajenas al turismo de masas y situadas en la vertiente nordeste de la isla, Bajamar y Punta del Hidalgo, dos pequeñas localidades costeras junto al Parque Rural de Anaga, en La Laguna, constituyen un lugar ideal para desconectar del mundanal ruido, disfrutar del espectáculo del mar, bañarse en sus piscinas naturales y caminar por los parajes que se internan en el macizo de Anaga. Para conocer estos singulares enclaves marineros, los preferidos por la población local para el veraneo, basta con hacer 14 kilómetros desde La Laguna.

Hoy sigue siendo territorio casi exclusivo de los tinerfeños, si bien el turismo alemán ha encontrado también aquí un rincón en el que practicar turismo saludable y realizar todo tipo de tratamientos de salud y belleza.

Destacan la playa de Troche, San Juan, El Roquete o El Arenal. Las piscinas naturales que se encuentran en ambos núcleos son otra alternativa perfecta para disfrutar del baño, ya que el propio océano renueva con la marea su agua de forma natural. Aparte de sus charcos intermareales y sus playas, existen maravillosos parajes como el Roque de los Dos Hermanos, edificios emblemáticos como la ermita de San Juan Bautista o la del Gran Poder de Dios, y varios senderos entre los que destaca el que une Punta del Hidalgo con el caserío de Chinamada, ya en pleno macizo de Anaga. Para un paseo de corta duración, una opción es quedarse un poco antes de la playa de Troche y admirar desde allí los Roques de Anaga.

Ciudades con mucho que ver

Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de la Laguna son, sin duda, las dos ciudades más importantes de la isla. A pesar de estar unidas, cada una cuenta con su propia personalidad.

La historia, la arquitectura y el urbanismo han forjado con el tiempo los dos rostros de lo que hoy geográficamente casi es una única ciudad. Pasear por Santa Cruz, la capital, es una delicia. Además de admirar edificios de la talla del templo barroco de San Francisco, la iglesia de la Concepción o el moderno Auditorio, obra de Santiago Calatrava, sus calles están flanqueadas de árboles exóticos que desprenden un agradable y continuo aroma durante todo el año. El parque García Sanabria, ahora en proceso de remodelación, y la plaza del Príncipe, por ejemplo, son lugares idóneos donde hacer un alto en el camino y descansar a la sombra de los laureles de indias y las jacarandas. El barrio de la Concepción, el más antiguo de la ciudad, es otro de los rincones imprescindibles. Levantado en torno a la bella iglesia homónima, concentra hoy numerosos restaurantes y terrazas donde probar la gastronomía isleña después de haber paseado por sus calles como la de La Noria, de casas pintadas de suaves colores.

Ya sea después de comprar en la calle comercial de El Castillo o de visitar el interesante Museo de la Naturaleza y el Hombre, el visitante acabará descubriendo que aquí todos los paseos van a dar al mar. Para concederle todo el protagonismo que merece, la ciudad está siento objeto de una profunda remodelación en su zona centro, que permitirá abrirla al océano y crear nuevos espacios para el paseo y el ocio, en torno a la mítica plaza de España.

Para darse un baño lo mejor es acudir a las piscinas del Parque Marítimo César Manrique, junto al castillo de San Juan, o acercarse a la vecina playa de Las Teresitas, de fina y brillante arena rubia procedente del desierto del Sáhara.

San Cristóbal de La Laguna, construida a caballo entre los siglos XV y XVI, es una joya arquitectónica cuyo casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que cuenta con más de 400 edificios históricos catalogados y protegidos. Poseyó la capitalidad de la isla y de todo el archipiélago, y es sede de la Universidad y el Obispado, lo que explica su animado ambiente nocturno y sus conventos. La ciudad también es famosa por sus tascas, muy animadas siempre por la noche y durante el fin de semana.

Cualquier paseo por sus calles debe comenzar en la plaza del Adelantado, donde se levantan edificios notables como el ayuntamiento, el Palacio de Nava y la iglesia convento de Santa Catalina de Siena. A partir de aquí, da igual el orden en que se recorra su centro histórico, siempre que no se olvide visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción y la calle de San Agustín, con la Universidad de San Fernando y las sobresalientes Casa del Montañés, Casa Osuna y Casa Lercaro, sede del Museo de Historia de Tenerife.

La belleza de un lugar privilegiado

La Isla Baja, formada por los municipios de Buenavista del norte, Garachico, Los Silos y El Tanque, es un remanso de paz en plena naturaleza y un destino ideal para realizar diferentes actividades al aire libre.

Gran parte del territorio de Isla Baja está integrado dentro de los cinco espacios naturales que protegen su riqueza ecológica. Sus cultivos tradicionales y sus caseríos de medianías comparten protagonismo con la riqueza monumental de sus pueblos y la belleza de sus paisajes, que permiten además la práctica de deportes como el senderismo, el parapente, el buceo, el ciclismo o el golf. Un lugar privilegiado que permanece ajeno a los circuitos turísticos tradicionales a pesar de las buenas comunicaciones que le acercan al resto de la isla.

Garachico, enclavado junto al mar y sobre terrenos volcánicos, es el municipio más popular de la comarca debido a la belleza de su casco antiguo, declarado bien de interés cultural con la categoría de Conjunto Histórico. La villa, cuyas calles son Medalla de Oro de las Bellas Artes, debe su esplendor arquitectónico al puerto, que tuvo un gran protagonismo hasta 1706, cuando el volcán Montaña Negra erupcionó sepultando los muelles y gran parte de la ciudad. Casonas, conventos e iglesias permanecen como vestigios de aquel pasado glorioso que comenzara cuando el genovés Cristóbal de Ponte fundara este enclave a finales del siglo XV. Entre sus notables edificios destacan el convento de San Francisco, la iglesia de Santa Ana, el castillo de San Miguel o las casas palacio de los condes de La Gomera y los marqueses de La Quinta Roja, esta última convertida hoy en un precioso hotel rural.

Precisamente, tanto en Garachico como en otros municipios de Isla Baja abunda este tipo de alojamiento, cuyos servicios y propuestas permiten disfrutar del increíble entorno natural de esta zona de Tenerife. Las plataneras en las cotas más bajas y los bancales en las altas dibujan los paisajes que rodean a los pueblos agrícolas que se dispersan en los alrededores y en el interior del macizo de Teno, que, junto al de Anaga, constituye el territorio geológico más antiguo de la isla y está protegido como Parque Rural.

Barrancos y acantilados

Ya sea entrando desde Santiago del Teide o desde Buenavista del Norte, el paisaje de Teno pronto se torna en barrancos y acantilados de altísimas paredes que esconden calas de difícil acceso. Atrás quedan el campo de Buenavista Golf, la playa de Las Arenas y la Punta de Teno, con su faro, sus excepcionales vistas sobre la costa abrupta y sus aguas azules y transparentes donde practicar el buceo. Los miradores se suceden tras cada curva, siendo uno de los más destacados el de Hilda gracias a su panorámica sobre el caserío de Masca y el Roque Tarucho. Declarado Recinto Etnográfico y Arquitectónico, Masca es visita obligada por su enclave privilegiado y por los ejemplos de arquitectura rural canaria que conserva y que han pervivido gracias a las difíciles comunicaciones que existían antaño. Desde este caserío parten senderos que descienden el barranco de Masca hasta terminar en la cala homónima, donde las embarcaciones recogen a los senderistas para llevarlos a Los Gigantes.

Caminar envueltos por la espectacular naturaleza de la zona es posible gracias a su red de senderos que permite visitar, entre otros, el impactante Monte del Agua, en Los Silos, donde la laurisilva, una reliquia botánica de la era terciaria, forma un frondoso bosque de lauráceas de aspecto casi selvático y siempre mágico. Los senderos de Cuevas Negras, Las Moradas y Talavera, en el mismo municipio, Erjos, en el Tanque, o del Parque Rural de Teno son otras posibilidades para descubrir el corazón natural de la Isla Baja.

Belleza natural

Los cultivos tradicionales y los caseríos de medianías comparten protagonismo con la riqueza monumental de los pueblos de Isla Baja y con la belleza de los paisajes.

El centro pionero del turismo, Valle de la Orotava

La belleza de este territorio fértil y su suave clima cautiva a los viajeros que buscan mar, historia, ocio y naturaleza en un mismo viaje. no es de extrañar que el valle de la Orotava acogiera a los primeros turistas que llegaron a canarias a finales del siglo XVIII.

En Puerto de la Cruz, Los Realejos y La Orotava, los tres municipios que se extienden por este valle situado a unos 30 kilómetros del aeropuerto Tenerife Norte y dominado por la presencia del volcán, hay todo lo que busca el viajero. Además, el extenso Parque Nacional del Teide, uno de los mayores tesoros de la isla, se alza a un paso del visitante con todas sus posibilidades: senderismo, rutas a caballo, ciclismo, escalada u observación de estrellas.

El principal núcleo turístico del valle y del norte de Tenerife es Puerto de la Cruz, una animada ciudad declarada de Interés Turístico en 1955 y que conserva muchos de los rincones de aquel pueblo marinero que durante el siglo XVIII se convirtiera en la principal puerta de la isla. Por aquí entraron y salieron toda suerte de productos, incluidos los primeros turistas ingleses que viajaban a la isla en busca de un clima benigno y que, por cierto, llegaron cuando una naviera inglesa construyó un muelle dedicado a la exportación de plátanos. Con el tiempo dejó de ser el puerto de la villa de La Orotava para convertirse en un municipio moderno que destaca por su importante infraestructura hotelera y su variada oferta de ocio, naturaleza y cultura.

Un paseo por su casco antiguo a la caída de la tarde permite descubrir algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, como el Castillo de San Felipe, la plaza del Charco, el muelle pesquero, la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia o la plaza Concejil, rodeada de mansiones señoriales como las casas de Reimers, Ventoso e Iriarte. A esas horas, los paseos marítimos de San Telmo y Colón concentran una gran animación en torno a sus restaurantes y cafeterías, justo cuando algunos comienzan a pensar en la cena y otros vuelven de las playas o del bello complejo de piscinas Costa Martiánez, obra del lanzaroteño César Manrique.

Visita al Loro Parque

Pero los atractivos de Puerto de la Cruz no se limitan al paseo vespertino, al baño y al disfrute en sus hoteles de lujo. Precisamente una de las atracciones más populares de la isla se encuentra en la ciudad: el Loro Parque. Sus doce hectáreas de superficie garantizan la diversión gracias a su amplia colección de loros y papagayos, pingüinos, delfines, leones marinos, gorilas y muchos otros animales y plantas que hacen de esta visita una cita imprescindible en cualquier viaje al municipio. Al igual que el Jardín Botánico de La Orotava, creado por Carlos III a finales del siglo XVIII para el cultivo de especies procedentes de los trópicos y donde se pueden admirar ejemplares de los cinco continentes.

La villa que da nombre al valle, la Arautapala guanche, es señorial y algo altiva, como demuestran sus cuestas y casonas renacentistas.Y agricultora, ya que fueron precisamente sus plátanos y sus vinos los que la convirtieron en la bella dama que es hoy, con un casco antiguo declarado Monumento de Interés Histórico Artístico Nacional. Aquellos terrenos fértiles que le dieron prosperidad aún alimentan a las plataneras que se escurren por las laderas del valle, a veces hasta llegar al mar. Se puede observar una bella panorámica sobre este paisaje desde el mirador de Humboldt, dedicado al explorador y científico alemán que visitara la isla en 1799 y quien, según parece, desde aquí exclamó: "Doy gracias a Dios por haberme dado ojos para ver esta belleza".

Las calles de La Orotava están repletas de edificios históricos construidos con el dinero que daban sus vinos exportados a Inglaterra, Alemania, Holanda y a la América española. La Casa de los Balcones y la Casa Lercaro, ambas de estilo tradicional isleño, son algunos de los mejores ejemplos, sin olvidar la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, declarado Monumento Nacional, la iglesia de San Agustín o el convento de Santo Domingo, en cuyo interior se guarda la interesante colección del Museo de Artesanía Iberoamericano. Los tradicionales patios y balcones canarios, viejos molinos y señoriales portadas de piedra se suceden en el paseo por su bello casco antiguo sombreado por araucarias, palmeras y laureles de indias.

Playas volcánicas

Muy cerca de La Orotava se extiende una amplia red de senderos turísticos que posibilita numerosas excursiones por los alrededores e incluso llegar hasta el circo de las Cañadas del Teide. Precisamente, desde la villa parte la carretera TF-21, que conecta esta localidad con el Parque Nacional y al que se llega en menos de una hora después de atravesar el Parque Natural de la Corona Forestal, la mejor muestra de pinar canario y vegetación de alta montaña de Tenerife. Otra zona de gran interés del municipio por su valor paisajístico y agrícola es El Rincón, donde se encuentran las playas volcánicas de El Bollullo, Martín Alonso y El Ancón.

Más allá de la ciudad, comienzan de nuevo a verse las plataneras, que ceden algo de terreno al cultivo de las papas y las viñas en los terrenos de Los Realejos. Con seis espacios protegidos que ocupan la mitad de su territorio, este municipio ofrece muchas posibilidades para los amantes de la naturaleza y del turismo activo. Sus mejores encantos se esconden a los viajeros poco curiosos, ya que la mayoría de ellos sólo se descubren a través de caminos turísticos. El sendero del Agua, por ejemplo, atraviesa el Paisaje Protegido de Rambla de Castro, antiguo mayorazgo que hoy es uno de los parajes más bellos de Tenerife, con cientos de palmeras que llegan casi hasta el mar. Otras rutas como ésta descubren al visitante calas solitarias, piscinas naturales, tranquilos barrios marítimos, haciendas, casas solariegas, acantilados, miradores y zonas recreativas como las de Barranco de Ruiz y La Higuerita, esta última en pleno corazón del Valle de la Orotava.

Los Realejos, entre cuyos monumentos destacan la iglesia de la Concepción y la de Santiago Apóstol, primer templo levantado en Tenerife, es además uno de los mejores destinos de la isla donde practicar el parapente, y también el surf, ya que la bella playa de El Socorro garantiza la práctica de este deporte durante todo el año. Los Roques, La Fajana, Castro y La Grimona son otras de las calas y playas del municipio, caracterizadas por su ambiente tranquilo y local. Al ser su costa acantilada, existen varios miradores desde los que observar el valle y su litoral, como el de La Corona, de obligada visita, el de San Pedro o el de El Lance, mítico emplazamiento desde donde parece ser se arrojó el Mencey Bentor para evitar así la humillación de la esclavitud.

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