Escapadas con sabor por España

La gastronomía es la mejor excusa para lanzarse a la carretera y descubrir el rico patrimonio cultural y arquitectónico que se esconde a lo largo y ancho de la geografía española. Estas cinco rutas tienen mucha historia, bellos paisajes, monumentos legendarios y, por supuesto, platos que satisfacen el más exquisito paladar.Texto : Tayo Acuña

Castro Urdiales (Cantabria).
Castro Urdiales (Cantabria). / Tayo Acuña

La ruta del vino (y los castillos) de Ribera del Duero

La Denominación de Origen Ribera del Duero (1982) es un término relacionado con el mundo del vino en las tierras recorridas por el río Duero, incluyendo las provincias castellano-leonesas de Valladolid, Burgos, Segovia y Soria. En esta zona el río transcurre entre viñedos y campos de cereal, en un paisaje jalonado por abadías fortificadas, monasterios, torres de vigilancia y castillos, testigos impertérritos de un pasado belicoso. Las continuas guerras, la invasión de los franceses, la desamortización de Mendizábal, el expolio y el olvido llevaron a estas inexpugnables construcciones al abandono. El siglo XX pone fin a tantos siglos de deterioro y resurge el interés por restaurar esas construcciones, que han conseguido recuperar todo su esplendor y se han convertido en museos, centros oficiales, lujosos establecimientos hoteleros...

Saliendo de Valladolid y siguiendo la N-122 en dirección a Soria llegamos alMonasterio de Santa María de Valbuena, sede permanente de la Fundación de las Edades del Hombre y centro dedicado a la catalogación, restauración y conservación del patrimonio religioso de Castilla y León. El castillo de Peñafiel, más conocido como el barco de Castilla por su forma alargada, es uno de los emblemas de la Ribera. Se alza en la cima de una colina y acoge el Museo Provincial del Vino y un Centro de Interpretación de los Castillos. En la falda de la colina hay numerosas bodegas subterráneas que mantienen las condiciones adecuadas para la maduración y conservación del vino. En 1927, doce propietarios de estas bodegas fundaron la primera Cooperativa Ribera del Duero, con más de dos kilómetros de galerías, y su marca comercial Protos fue la semilla de lo que después sería la D.O. Ribera del Duero.

En Curiel de Duero hay dos castillos: el palacio de los Zúñiga -conocido como el de llano- y el castillo de Curiel de Duero, que se alza sobre un cerro rocoso que no llega a los mil metros de altitud y desde donde se controla el valle. Sirvió de torre de vigilancia al de Peñafiel, fue residencia de reyes, formó parte de la dote de reinas y hoy día es un hotel. Roa es la sede del Consejo Regulador de Origen (D.O.) y un lugar de visita obligada es la antigua Colegiata, con un bellísimo conjunto escultórico de la Adoración de los Reyes atribuido a Gil de Siloé.

Dejando atrás el destruido, aunque pendiente de restauración, castillo de Haza, el viaje continúa por la bella villa deAranda de Duero, capital de la comarca. Hay que visitarSanta María la Real y sus bodegas subterráneas, con más de siete kilómetros de recorrido por debajo del casco viejo, uno de los conjuntos de bodegas medievales mejor conservados. Seguir hasta Peñaranda de Duero, con un castillo de forma alargada ocupado hoy por un Centro de Interpretación de los Castillos. Continuando la carretera se ve la torre del castillo de Langa de Duero, bien conservado en su estructura, aunque el interior tuvo que ser reconstruido.

La Ribera del Duero es una comarca con un gran patrimonio histórico y artístico, y una cultura gastronómica que aporta vinos únicos, una rica cocina tradicional, el pan candeal y unas materias primas excelentes. Dentro de la D.O. de Ribera hay más de doscientas bodegas conviñedos de tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, malbec, garnacha tinta y albillo, que son las uvas con las que elaboran los vinos amparados por la D.O. Cerca quedan los cuatro municipios segovianos que forman parte de la D.O. Ya en la provincia, es imprescindible efectuar una visita a su capital, Segovia, para admirar el Alcázar (fortaleza del siglo XII que fue residencia de los Reyes de Castilla), el Acueducto y degustar el lechazo y el cochinillo.

La ruta del queso (y el románico) por Asturias

Con una nota de buen humor y algo de sorna, los asturianos siempre dicen que "España es Asturias y, lo demás, terreno reconquistado"... y en cierto sentido tienen razón. Todo empieza con la ocupación musulmana: los árabes entran por Gibraltar y llegan hasta el Cantábrico sin apenas encontrar resistencia. Los problemas aparecen cuando un grupo de hombres, con Pelayo al mando, preparan una emboscada en Covadonga y consiguen derrotar al ejército enemigo. Pelayo es elegido rey y se instala con su corte en Cangas de Onís. Este pequeño reino es el germen de lo que luego será el reino de Asturias, después el de León, y que fue creciendo hasta que se liberó toda la Península en el reinado de los Reyes Católicos.

Cuenta la leyenda que en mitad de la batalla la Virgen María entregó a Pelayo la cruz como estandarte, la llamadaCruz de la Victoria que cuelga en el puente romano y aparece en el escudo de la ciudad. Un puente que no es romano, aunque sí debió existir un antiguo puente en la calzada romana que unía Asturias y Santander; el actual se levantó en una reconstrucción posterior, del siglo XIII, pero le siguen llamando "puente romano". La Basílica de Covadonga y la Cueva de la Virgen, la Santina, es un lugar mágico que hay que visitar. El Aula del Reino de Asturias es un espacio habilitado en la vieja parroquia de Santa María de Cangas con un montaje audiovisual que hace un recorrido desde los orígenes del reino de Asturias (año 722) hasta el traslado de la corte a León (911).

El Monasterio de San Pedro de Villanueva es la joya del románico asturiano en el concejo de Cangas. En las excavaciones que se hicieron para acondicionar el edificio como Parador se encontraron restos de una construcción del siglo VIII sobre la que se levantó un monasterio de la Orden de San Benito en el siglo XII, edificado con dos estilos muy bien diferenciados: el románico y el barroco. De estilo románico se conserva la cabecera de la iglesia y la antesala de entrada a la iglesia, con el ajedrezado característico del románico asturiano y la decoración de los capiteles que sujetan el arco de entrada, que se identifican con los últimos días del rey Favila mientras se preparaba para ir de caza, la despedida de su mujer y la lucha con el oso que lo mató.

Saliendo de Cangas por la AS-114 en dirección a Panes, remontando el río Güeña, hay un enclave con cuatro ejemplos románicos muy interesantes: la iglesia de Santa María de Villaverde, construida sobre un antiguo templo romano y con un arco de triunfo apoyado sobre un par de dobles columnas en la entrada al ábside; San Pedro de Con, de nave rectangular y ábside cuadrado con bóveda de cañón que conserva en el exterior un tejo centenario que simboliza la superposición de cultos paganos y cristianos; San Martín de Grazanes, con una estructura muy parecida a la anterior pero de mayor tamaño, y, por último,Santa Eulalia de Abamia, en el pueblo de Corao, donde estuvo enterrado Don Pelayo y su mujer, Gaudiosa, hasta que Alfonso X El Sabio trasladó sus restos al santuario de Covadonga, edificio que ha sufrido continuas remodelaciones y añadidos posteriores -del románico solo le queda la estructura y la puerta de la fachada sur-.

Desde Con, remontando el río Tabardín, se llega a Gamonéu, el pueblo que da nombre al queso más conocido de la zona. Es un queso hecho con la leche de casa, que quiere decir que se ordeñaban las vacas, cabras y ovejas de la granja por la mañana y por la tarde se hacía un coupage; con esta mezcla se elaboraba el queso. Antiguamente añadían cuajo animal procedente del estómago de cabrito lechal, pero ahora se utiliza cuajo preparado. Se ahúman durante quince días y maduran en cuevas naturales -la más espectacular es la Cueva Oscura-. Hay dos tipos de quesos: del valle y del puerto. Este último solo se hace de abril a octubre, cuando sube el ganado a las majadas del puerto en busca de los pastos frescos de primavera. Y como pasa siempre, "a mejor alimentación, mejor leche". Por ello, los quesos hechos con esta leche son más ricos, aromáticos y caros. Los del valle se elaboran durante todo el año y en los dos casos siempre maduran en cuevas naturales.

La ruta del jamón (y el parque de Doñana) en Huelva

El Parque Natural de Aracena y Picos de Aroche se encuentra situado en el occidente de Sierra Morena, al norte de la provincia de Huelva. Es un ecosistema natural con una considerable biodiversidad y un enorme valor medioambiental declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Sus antiguos moradores -celtas, árabes, portugueses y hasta templarios- dejaron un valioso legado cultural, con numerosas iglesias, ermitas, castillos, torretas y una mezquita. El patrimonio natural lo aporta la sierra, con grandes bosques y dehesas donde vive apaciblemente el cerdo ibérico. Para los expertos catadores, la diferencia existente entre los jamones de Huelva y los demás jamones ibéricos -Dehesa de Extremadura y Guijuelo- está en el sabor final, ya que el de Huelva tiene más matices y es más largo en boca, algo que tiene mucho que ver con la alimentación. Durante la montanera, los cerdos se alimentan de bellotas, cereales, hierbas aromáticas, flores, castañas... y setas, manjares que dan las notas aromáticas a sus carnes. Ya tenemos todos los ingredientes para una buena ruta: arte, historia y gastronomía.

Aracena es la capital de la comarca y uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Huelva. La Gruta de las Maravillas, su gran tesoro, es una cueva de origen cárstico donde el agua ha ido disolviendo la roca y creando un paisaje mágico con doce salas comunicadas y decoradas con estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, cortinas, pisolitos, ríos subterráneos, lagos... Se tarda una hora en realizar el recorrido por los dos niveles de galerías bien iluminadas y con música de fondo; es un espectáculo imposible de olvidar.

En la planta superior del edificio que alberga la entrada a la gruta está el Centro de Interpretación de Aracena, que explica en cinco secciones la historia del lugar: ecosistemas, fiestas, tradiciones, historia y arquitectura. Elcasco histórico de la localidad, catalogado como Bien de Interés Cultural, tiene un importante patrimonio: las ruinas de la fortaleza del castillo -que formaba parte de la línea defensiva del Valle del Guadalquivir en el siglo XIII-, la iglesia Prioral -construida entre los siglos XII y XV y que se levanta sobre una cima dominando la villa-, el cabildo -de planta casi rectangular y edificado en el siglo XV-, ermitas mudéjares... además de un Museo de Arte Contemporáneo al aire libre y un Museo del Jamón que hace un recorrido por la vida del cerdo, desde que nace hasta que el jamón llega a la mesa, pasando por los ecosistemas, estirpes, alimentación, matanza, despiece, salado, secado... En el Museo hay, además, un punto de información micológica, ya que la sierra es un paraíso para los amantes de las setas, y un mesón, donde se puede degustar durtante todo el año el jamón y todos los productos del cerdo.

Saliendo de Aracena por la N-433 en dirección a Aroche, se pasa por Jabugo y Cortegana, los grandes centros de producción del jamón de cerdo ibérico, el auténtico pata negra. Y se llega a Aroche, un bonito pueblo que conserva un antiguo bastión romano, un castillo árabe con plaza de toros y un Museo Arqueológico. El regreso se hace por carreteras autonómicas pasando por Almonaster la Real para ver la mezquita en las ruinas del castillo y llegar a Linares de la Sierra, lugar de visita obligada.

Tomando la A-479 se llega al pueblo de Riotinto, con las minas de cobre a cielo abierto. Se puede visitar el Museo Minero, entrar en una antigua mina, montar en el ferrocarril y visitar una casa victoriana del barrio de Bellavistas. Dejando atrás los dólmenes de Zalamea la Real se llega a Valverde del Camino, donde hacen los mejores botos camperos. A medida que la carretera se acerca a la costa, el paisaje se vuelve más suave y homogéneo; atrás quedan ya las dehesas y los bosques.

Doñana es un paraíso natural, un ecosistema único de gran biodiversidad. Las visitas al interior del parque se hacen en vehículos todoterreno con guía-conductor y es necesario hacer reserva. Es el momento de cambiar los contundentes guisos serranos por los marineros, las frituras y los langostinos en compañía de un vino blanco de Bollullos del Condado.

La ruta de la anchoa (y las villas marineras) en Cantabria

La más oriental y la más grande de las villas marineras es Castro Urdiales, una población cántabra que tiene en la zona del puerto un monumental casco histórico declarado conjunto histórico y artístico. Un grupo con tres edificaciones: la iglesia Santa María de la Asunción, de proporciones enormes y estilo gótico que guarda en su interior valiosas joyas artísticas entre las que destaca un cuadro que representa la agonía de Jesucristo, atribuido a Francisco de Zurbarán; el castillo recientemente restaurado y convertido en museo, y el puente medieval, de estilo gótico. También tiene varios edificios modernistas interesantes que reflejan la importancia histórica y económica que tuvo la localidad. Es, sin duda, una villa alegre y bulliciosa con numerosas fiestas de interés turístico: el Coso Blanco, San Andrés (patrón de los marineros) y la Pasión Viviente que se celebra en Semana Santa.

Dejando atrás Castro Urdiales, la ruta continúa en dirección a Laredo por la A-8, una autovía que va bordeando la costa hasta la desviación de Hazas de Cesto, lugar que bien merece una parada para comer un cocido montañés. Laredo es una villa con numerosas edificaciones defensivas, religiosas y civiles que recuerdan la importancia de este puerto: la iglesia de Santa María de la Asunción, la casa-torre de los Villota... y las puertas de entrada y salida al recinto amurallado. Su puerto acogió al emperador Carlos V durante su regreso definitivo camino del monasterio de Yuste. En la Puerta de San Lorenzo hay un pequeño museo que recrea la llegada, estancia y salida del emperador. Laredo está en un lugar privilegiado y su casco urbano tiene la playa más larga de todo el litoral cántabro, La Salvé, con más de cuatro kilómetros de arena. Pero, sobre todo, Laredo es una ciudad culta, musical, alegre y divertida; hay fiestas para todos los gustos: religiosas (Semana Santa, Pascua...), temáticas (carnavales, la hoguera de San Juan, la batalla de las flores...), gastronómicas y populares (el desembarco de Carlos V).

Al otro lado de la bahía y al pie del monte Buciero se levanta la villa de Santoña, un puerto marinero donde se elaboranlas mejores anchoas en salazón del mundo. Es un proceso artesanal muy sencillo que requiere habilidad y tiempo. Cuando el bocarte llega a la fábrica, tras un proceso manual de descabezado y eviscerado, seguido con un lavado y escurrido, se colocan en capas alternando capa de boquerones y capa de sal gorda, donde deben madurar durante cuatro a seis meses; pasado ese tiempo se lavan y se les quita la espina central. A partir de ese momento se pueden seguir dos procedimientos diferentes: dejar las anchoas en salazón o en aceite de oliva virgen. Hay que tener en cuenta que se trata de una semiconserva, con una caducidad corta y que se deben mantener en frío. La otra joya de la villa sonlas marismas de Santoña, Victoria y Joyel, los humedales mejor conservados de la costa norte y lugar de paso y refugio de aves migratorias. Se trata de un ecosistema de incalculable valor paisajístico y ecológico. Santoña es conocida también por tener una curiosa plaza de toros en el puerto pesquero, numerosos edificios defensivos, un maravilloso paseo marítimo que mira al sur y unos carnavales multitudinarios.

Siguiendo la carretera que cruza las marismas, hay que tomar la CA-141 y bordear la costa para hacer una pequeña ruta gastronómica: nécoras en Noja, pimientos y langosta en Isla y, finalmente, las almejas en Pedreña. De nuevo se toma la A-8 en dirección a Torrelavega y, a pocos kilómetros, aparece una desviación alParque de la Naturaleza de Cabárceno, un curioso parque temático en una antigua mina de hierro donde los animales viven en grandes espacios protegidos; un lugar encantador y diferente que se puede recorrer en coche, caminando o en bicicleta. De nuevo en la A-8, y dejando atrás Torrelavega, se toma la carretera comarcal CA-136 que nos lleva al litoral pasando por pueblos como Santillana del Mar (la cueva de Altamira, la colegiata, palacios y torres), Cóbreces, Ruiloba, Comillas (el capricho de Gaudí), el Parque Natural de Oyambre y San Vicente de la Barquera como destino final. San Vicente es una villa con un rico patrimonio medieval: el Castillo del Rey (actual centro cultural), la iglesia de Santa María de los Ángeles, el santuario de la Barquera, la muralla, el Puente de la Maza... y uno de los mejores puertos marineros de la zona. A 25 kilómetros de San Vicente y hacia el interior está uno de los secretos mejor guardado de esta tierruca: la cueva del Soplao, una cavidad única con estalactitas, estalagmitas, columnas... y yacimientos de ámbar de color azul púrpura; se entra en un tren minero por la galería de la Isidra hasta la cámara central, donde comienza el recorrido a pie. Todo un espectáculo que no hay que perderse.

La ruta del aceite (y los yacimientos) en Lleida

La comarca catalana de Les Garrigues es una tierra con bellos paisajes y una cultura milenaria. Su riqueza natural es el aceite, que es de una calidad extraordinaria; aceites que antes salían de España en dirección a Italia, donde se envasaban y se vendían como transalpinos. Atrás quedan esos tiempos; ahora el preciado líquido sale de aquí embotellado, con etiquetas de diseño y una contraetiqueta numerada con la Denominación de Origen Les Garrigues, que acoge a una treintena de pueblos de las comarcas de Les Garrigues, L''Urgell y El Segrià. Es un aceite virgen y de calidad extra procedente de la aceituna arbequina, que le da unas notas características. El fruto se recoge a mano por el procedimiento del peinado de la rama, evitando que sufra daños que puedan alterar sus propiedades organolépticas, y se lleva al molino donde se prensa siempre en frío (las temperaturas alteran sus cualidades). Es un aceite con los aromas afrutados de la oliva fresca, con notas a hoja y aromas de frutas, denso y equilibrado, que de entrada es dulce y que termina haciéndose amargo. Esta complejidad es más intensa cuando la oliva se recoge en verde. Cuando se hace con las olivas maduras, el aceite tira hacia los colores amarillos, las notas picantes se suavizan y predominan las dulces.

Conviene empezar la ruta en el Centro de Interpretación de Les Garrigues, en Borges Blanques, un espacio con paneles informativos y audiovisuales que permiten hacer un recorrido por la comarca: pueblos, gastronomía, agricultura, aceite y rutas.

Estas tierras estuvieron habitadas en la prehistoria, tal y como demuestran las pinturas rupestres de la época del Neolítico en el santuario de las Rocas Guárdies II, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Se trata de una pequeña cavidad con cinco figuras de tipo abstracto relacionadas con la Edad del Bronce. Yacimientos que también están relacionados con la cueva de los Moros en Cogul y sus 45 figuras (humanas, animales e inscripciones del alfabeto ibérico y latín) y las pinturas rupestres de la cueva del Valle de la Coma en L''Albi (Patrimonio de la Humanidad). El Museo de Arqueología, situado en el mismo Ayuntamiento de Borges Blanques, recoge los restos encontrados en esos yacimientos. El Parque Temático del Aceite está en el edificio central del complejo Masía Salat, en Juneda, con un didáctico recorrido por la historia del aceite desde la antigua Grecia hasta nuestros días, las diferentes variedades de la zonas, los tipos de aceite y sus propiedades... El edificio central, conocido como la Torre Sala, estuvo habitado por los caballeros templarios en el siglo XIII y de aquella época conserva una serie de arcos. En los jardines hay cincuenta olivos milenarios de la variedad Farga, muy común en la zona, y una importante colección de prensas. Y si quedan dudas, habrá que visitar elEcomuseo del Aceite en La Pobla de Cérvoles, donde se explica el proceso artesanal de elaboración de aceite; el Museo del Aceite del Argilés y el Antiguo Molino de Fulleda.

También son visitas imprescindibles Los Vilars, en L''Arbeca, un original conjunto defensivo de la época íbera que se encuentra en la llanura y no en una cima elevada, tal y como cabría esperar; elcastillo medieval de L''Espluga Calba, con varias salas que se pueden visitar; los restos del castillo de los Duques de Cardona (en L''Aberca), construido sobre los restos de una antigua fortaleza árabe; el castillo medieval, con torre cuadrada, de la Floresta, y la iglesia románica de San Juan Baptista, que se encuentra en la localidad de Vinaixa.

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