Senderos con los que vencer el miedo a las alturas

En la provincia de Granada, este paraje se encuentra entre desfiladeros, barrancos y espesa vegetación aunque es cierto que es apto para toda la familia. 

También en Huesca, lo más espectacular del recorrido es que en ocasiones el sendero está excavado en medio de la montaña a más de 300 metros de altura.

En Ordesa y Monte Perdido esta ruta no es apta para todos los públicos ya que en ocasiones, las fuerte pendientes hace necesario el uso del arnés.

Esculpida en la roca, para acceder hasta los más alto de este Buda existe unas escaleras de hierro en su flanco derecho empinadas y casi de caracol. 

Esta senda es una de las más famosas de los Picos de Europa pero no por ello menos interesante. El camino transcurre entre entre grutas, puentes y grandes paredes de roca.

Más que un camino, lo de Sigirya es una escalera a través de la que se accede al templo ubicado en la roca. Excavada en la roca, hay tramos que no son aptos para los que sufren de vértigo.

Construido sobre un peñón, la ruta de Siurana un este pueblo del Priorat tarraconense con un lago y en su trayectoria las vistas son únicas.

La garganta de Vikos, en Ioannina (Grecia), cuenta con un camino sin arreglar en en ocasiones medio derruido con una vistas inmejorables.

Restaurado y abierto al público en 2015, este camino es un paso en el desfiladero de los Gaitanes de más de 3 kilómetros adosado a la pared del barranco.

En el Parque Nacional Zion, Utah, EE.UU., este sendero transcurre por altísimos precipicios y profundos acantilados.

En la región colombiana de Antioquía, el Peñón de Guatapé cuenta con una empinada escalera de 740 escalones adosada a la piedra a través del que se accede a la cima, a 220 metros de altura.

En el desfiladero de la Hermida, esta ruta es circular y transcurre por el Canal de Reñinuevio. Túneles, escaleras esculpidas en piedra y empinados caminos forman parte del sendero.