El Patrimonio Unesco de Barcelona
Muy cerca de la Ciudad Condal existe un territorio bendecido con un amplio abanico de atractivos que sorprenden al visitante. Entre ellos hay lugares y tradiciones que han sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial, como Reserva de la Biosfera y como Patrimonio Cultural Inmaterial. Barcelona tiene mucho patrimonio por descubrir.
La trepidante Patum de Berga, los impresionantes Castells de Vilafranca del Penedès, más de cien kilómetros de playas y calas de gran calidad, la oportunidad de practicar infinidad de deportes, catas de vino, explorar alguno de los dieciséis parques y espacios naturales emplazados muy cerca de Barcelona o disfrutar de una intensa vida cultural con un patrimonio artístico presidido por la obra del irrepetible Gaudí. Hay un universo infinito de posibilidades de ocio, cultura, gastronomía y relax impulsado y potenciado por la Diputación de Barcelona. En esta tierra se percibe el orgullo de su gente por su patrimonio, tradiciones y cultura, así como el esfuerzo por preservar y compartir su legado patrimonial. Una labor que ha sido reconocida por la UNESCO, que ha declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad la obra de Gaudí; Reserva de la Biosfera el Parque Natural del Montseny, Patrimonio Cultural Inmaterial tres fiestas y tradiciones populares - la Patum de Berga, la Fia Faia de los pueblos pirenaicos de Bagà y Sant Julià de Cerdanyola y los Castells (torres humanas)- y miembro de la Red de Geoparques Europeos (EGN) al GeoParc. Saborear estas tradiciones, perderse en espacios naturales excepcionales como el Parque del Montseny o empaparse de la arquitectura de Gaudí y el patrimonio cultural de las comarcas de Barcelona es una de las múltiples maneras de acercarse a este territorio que captura y hechiza desde el momento en que se empiezan a desentrañar sus secretos.
Cripta de la Colonia Güell: el laboratorio de Gaudí
Si le apasiona el arte, la Cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló es visita ineludible. Un bosque de columnas retorcidas, arcos hiperbólicos y vidrieras que permiten jugar a descubrir elementos de la naturaleza y exquisitos y sinuosos muebles que parecen tener continuidad en el exterior, a través de la colina y el pinar. Se dice que esta cripta fue el laboratorio de la Sagrada Familia, donde Gaudí ensayó las innovaciones arquitectónicas que singularizarían su obra. Esta suerte de cueva mágica incrustada en la montaña fue declarada en 2005 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hay que hacer la visita sin prisas. Al terminar, se puede emprender un viaje en el tiempo por las calles de una colonia industrial del siglo XIX. Allí se contemplan edificios de estilo modernista de ladrillo caravista, la plaza, la casa del médico... Para los que quieran empaparse más de la obra del genio catalán, en Mataró, comarca del Maresme, se puede visitar la Nave Gaudí, convertida hoy en un centro de arte contemporáneo. También en la Pobla de Lillet es posible pasear por los Jardines Artigas, un impresionante ejemplo de fusión entre arquitectura y naturaleza.
Parque Natural del Montseny.FOTO: Gonzalo Sanguinetti (Diputació de Barcelona)
La belleza del Montseny
A cuarenta minutos en coche de Barcelona, el Parque Natural del Montseny atesora escenarios y paisajes inolvidables. Declarado Reserva de la Biosfera, este lugar ha sido tradicionalmente el espacio natural donde los aficionados al senderismo se han colgado la mochila por primera vez. Con cimas que alcanzan los 1.700 metros, el Montseny es tan versátil como hermoso. Según la época del año, puede vestir ropajes diversos: las hayas y los castaños tiñen el entorno de un verde intenso en primavera y verano, y los ocres son protagonistas en el otoño, cuando el Parque luce sus mejores galas. En invierno, los abetos y la nieve son las estrellas principales.
La Patum de Berga. FOTO: Diputació de Barcelona
La Patum, fiesta y fuego
La plaza de Sant Pere de Berga invita a saltar y a girar al cadencioso ritmo del timbal hasta que los plens, cien diablos cubiertos de hierba, llenen la noche de fuego y fulgor. Es la Patum de Berga, donde el fuego, la música y personajes simbólicos como el Tabal, les Maces, les Guites, els Nans Vells o el Tirabol, entre otros, son los elementos principales de esta fiesta que se remonta al siglo XIV y que transforma la ciudad entera. Declarada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, la Patum hunde sus raíces en los entremeses que desfilaban en las procesiones del Corpus Christi. Poco a poco estos entremeses se fueron popularizando y se desprendieron de su sentido original, preservando solo las partes más festivas.
FOTO: Palau Güell / Diputació De Barcelona.
Palau Güell, luz y espacio
En uno de los angostos callejones que desembocan en Las Ramblas, la Ciudad Condal esconde otra obra maestra de Gaudí: el Palau Güell. Declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1984, en su interior se aprecia cómo este maestro de las formas imposibles introdujo por primera vez un nuevo tratamiento de la luz y del espacio.
Fia Faia. FOTO: Rafael López-Monné
Fia Faia, canto de invierno
"Fia-Faia nostro señor ha nascut la paia". Cada Nochebuena, este canto acompaña a los vecinos, niños y mayores, de los pequeños pueblos pirenaicos de Bagà y Sant Julià de Cerdanyola. Una tradición presidida por el fuego y cuyo origen es tan ancestral como desconocido. La Fia Faia es otro de los ritos populares catalanes declarados Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Aunque la mayoría de las fiestas del folclore catalán que tienen al fuego como protagonista coinciden con el solsticio de verano, en estas poblaciones pirenaicas el ritual de las llamas da el pistoletazo de salida a la estación invernal. Año tras año se repite el mismo ceremonial: una semana antes tiene lugar la recogida de hierbas purificadoras que son trenzadas en forma de antorchas o faies (de hasta cuatro metros), la procesión desde la montaña, los cantos, las oraciones, el toque de las campanas... un ritual que culmina -pero no acaba- con la quema de las faies. La Fia Faia es una celebración relacionada con la simbología tradicional que en muchas religiones vincula el fuego con la fecundidad y el renacimiento.
Los Castells. FOTO: Josep Cano (Diputació de Barcelona).
Los Castells, la emoción y el vértigo
Una de las tradiciones más populares y emblemáticas de este territorio catalán. Presenciar una jornada castellera y contemplar cómo se erigen elevadas torres humanas, a nadie deja indiferente. Se parte de una base y al ritmo de la música de las gralles se van levantando los pisos hasta coronar el Castell. La tensión reina en el ambiente hasta que la anxeneta, el miembro de menor edad de la agrupación, llega a la cima y levanta la mano. Entonces se desata la euforia. Una tradición que transmite solidaridad y esfuerzo, y que provoca admiración por el entusiasmo de hombres y mujeres que realizan esas torres humanas de hasta diez pisos. Los mejores lugares para vivirlo son Vilafranca del Penedès, Vilanova i la Geltrú, Terrassa y Mataró. También se hacen castells en muchos otros pueblos y ciudades. En Berga se puede visitar la Casa de la Fiesta y vivir el ambiente en la plaza de Sant Pere. Por su parte, Vilafranca del Penedès ofrece al visitante la posibilidad de hacer de casteller virtual.
Cuevas del Salnitre.FOTO: Turisme Baix Llobregat.
Geoturismo en el Geoparc
El Parque Geológico y Minero de la Cataluña Central (GeoParc), en la comarca del Bages, conserva un patrimonio con más de 36 millones de años de antigüedad. Este parque es un ejemplo de apuesta por el geoturismo interesante y de calidad, que integra cultura, naturaleza, geología, minería y gastronomía. El Parque Geológico y Minero de la Cataluña Central cuenta con 46 puntos de rteconociodo interés geológico y minero, las cuevas del Charco y del Salnitre, y la Cuenca Potásica Catalana, ejemplo de relevancia mundial de la sedimentación de rocas evaporíticas marinas. GeoParc participa en la Red de Geoparques Europeos (EGN), avalada por la UNESCO.
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